La higiene personal ha sido un hábito sugerido por la ciencia desde siglos atrás para preservar la vida y la salud. Estudios e informes científicos han revelado la importancia de la limpieza corporal en la prevención de enfermedades que pueden acabar con la vida del ser humano; sin embargo, Amou Haji fue la excepción.
Este hombre iraní, conocido como ‘el hombre más sucio del mundo’, perteneció al pueblo de Dejgah, en la provincia de Fars, y fue reconocido en todo el mundo por sus hábitos sucios, antigiénicos y poco comunes como: fumar cinco cigarrillos a la vez, no bañarse por miedo a enfermarse e incluso aspirar estiércol de una tubería de metal.
Fue así como Haji pasó de convertirse en una persona en condición de calle, a ser una atracción turística. Miles de personas volaban desde diferentes partes del mundo para visitarlo, tomar fotos y hacer videos, para publicarlos, sobre su peculiar estilo de vida.
Como era de esperarse, ante la paradoja de lo desconocido, diferentes mitos surgieron en torno a su particular forma de vida: desde que comía animales atropellados y carne podrida de puercoespín, hasta que bebía cinco litros de agua al día recolectados de charchos en un balde oxidado.
Tanto fue el asombro, que Haji fue el protagonista de un documental filmado en el 2013 sobre su vida, llamado «La extraña vida de Amou Haji».
Pero, ¿cómo llegó a tal situación? Al parecer, Haji decidió ensuciarse hace unas décadas tras haber sufrido problemas emocionales, luego inició a aislarse y a rechazar la idea de bañarse por miedo a enfermarse, asegurando su aversión al agua y al jabón.
Se podría pensar que, un ser humano, después de vivir en pésimas condiciones de higiene personal y alimentaria, no tendría una buena salud; sin embargo, esta es la paradoja.
Los últimos estudios médicos realizados a Haji por parte de especialistas británicos que, con curiosidad, quisieron analizar las condiciones del sistema inmune del hombre, revelaron que gozaba de buena salud a pesar de sus hábitos poco higiénicos. Incluso, revelaron que Haji había conseguido desarrollar un sistema inmunológico muy fuerte.
Hace unos meses, los lugareños lograron convencer a Haji de bañarse y, coincidencia o no, el iraní falleció este domingo, al poco tiempode haberse bañado, a sus 94 años, de acuerdo con la agencia IRNA.
Haji no estaba casado, y su funeral se llevó a cabo en la noche de este martes, en la cercana ciudad de Farashband.
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