“Sobre mi cuerpo muerto vuelven a reabrir ese aeropuerto el 27 de abril. De ninguna manera. Esa sí que sería una irresponsabilidad”, expresó López.
Enseguida, reafirmó que no permitirá que ni siquiera empiecen a operar los vuelos nacionales, mucho menos los internacionales, después de que se termine la cuarentena nacional obligatoria decretada por el Gobierno Nacional.
Lo anterior, porque, según la mandataria, Bogotá tiene el mayor número de personas infectadas por COVID-19 por culpa del Aeropuerto Internacional El Dorado, que cerró sus operaciones el 25 de marzo.
Además, Claudia López explicó con cifras la grave situación de la capital.
“Entre enero y marzo entró medio millón de personas que venían del extranjero. Solo en marzo, cuando ya teníamos contagios y cuando ya había muertes masivas en España e Italia, entraron 6.000 personas del exterior de los 8 países más contagiados. Sin ningún control en ese bendito aeropuerto. Por eso, estamos como estamos”.
La alcaldesa también indicó que las autoridades nacionales no “me van a volver a repetir el mismo error, pero bajo ninguna circunstancia. No hay ninguna condición”, refiriéndose a la reapertura del aeropuerto.
Eso lo manifestó López a pocas horas de que el presidente Iván Duque descartara abrir los vuelos internacionales en esa terminal aérea, pero anunciara que esta semana se tomarán las decisiones sobre la apertura del transporte terrestre y vuelos nacionales.
La mandataria confirmó que el presidente controla el aeropuerto y, por lo tanto, es quien toma esa decisión, pero lamentó:
“No hay duda, el aeropuerto lo controla el presiente, esa es la desgracia. Lo hubiera controlado yo, lo habría cerrado en febrero”.
Finalmente, López señaló que su función es advertirle al presidente el riesgo que corre si se abren los vuelos nacionales. Afirmó que tampoco dejaría funcionar el transporte intermunicipal porque el sistema de salud en Bogotá colapsaría.