A los 74 años murió en la tarde del lunes, en Villavicencio.
Por: Jhon Moreno – Periódico del Meta
En el Llano, Coronell Mancipe era más conocido por todas las historias que guardaba en sus recuerdos acerca de las sabanas de Arauca, Casanare y Meta, que por el hecho de ser padre del famoso columnista. Es más, sus amigos más cercanos aseguran que solo hablaba de él en reuniones privadas, pese a que guardaban una comunicación constante.
Amigo de la bohemia local, en la que tomarse un trago con los amigos para contarles las razones de la cultura del fundo, la ganadería y la música, Coronell era el sello de lo que significaba un criollo araucano. Es más, su sentido fiestero lo llevó a ser uno de los gestores de la celebración del San Pascual Bailón, una costumbre casi perdida en el Llano, en donde mediante un parrando con joropo y música se la da las gracias al santo por los favores recibidos.
“Mezcló perfectamente lo teórico y lo práctico. Sus programas radiales fueron famosos porque con toda la experiencia y conocimiento que tenía de la cultura llanera, dictaba cátedra con la historia que relataba después de cada canción”, dice el historiador Oscar Pabón Monroy, quien admite que gracias a él reconoció el afianzamiento de la cultura llanera.
Su hija, Arauca Coronell, dijo que era una “padre, abuelo y amigo incondicional. Fue el hombre que amó y defendió la tierra llanera hasta sus últimos días, quien lloraba al escuchar un joropo o simplemente al referirse al trabajo de llano y a la cultura de la Orinoquia”.
Profesor de idiomas en el Colegio Femenino de Villavicencio, Coronell hizo parte de un grupo de araucanos que llegó al Meta en la década de los sesenta al lado del compositor Héctor Paul Vanegas y otros gestores del folclor llanero.
Pabón Monroy recuerda que en el 2013 un homenaje sencillo que habían preparado algunos de sus amigos para reconocerle su labor, terminó en una celebración de tres horas en las que hasta su gran amigo, ‘Cholo’ Valderrama, cantó una canción frente a él.
Por su parte Carlos ‘Cuco’ Rojas, director del grupo Cimarrón, expresó que con su muerte se pierde una de las mentes que más conocía las tradiciones profundas del Llano.
“Nos ayudó a identificar el panorama del folclor de otras regiones como en Venezuela. Aunque teníamos diferencias pues él era defensor a ultranza de las tradiciones en la música y nosotros somos exponentes de un nuevo concepto que ensambla ritmos y sonidos, nos unió el gran respeto por las raíces folclóricas. Las diferencias de concepto con él nunca hicieron que se perdiera el inmenso respeto que sentíamos hacia Coronel”, sostuvo Rojas.
El folclorista resaltó también la manera como mantenía el acento criollo en su forma de hablar: “Nunca renunció al uso del acento regional, a utilizar el sombrero llanero, las alpargatas cuando debía usarlas. Era la imagen del hombre llanero”, enfatizó el director de Cimarrón.
Daniel Coronell se hizo presente el año anterior en Villavicencio cuando murió su tío Raúl, hermano de Álvaro. Las honras fúnebres de su padre serán el martes en la capital del Meta, pero no se tiene confirmada la asistencia del periodista.