
Tren de la Vida y la Esperanza en Boyacá
Por: Las Chivas del Llano
En las montañas andinas donde el verde nunca envejece y el alma se aquieta al ritmo de la brisa, Boyacá florece como uno de los destinos turísticos más entrañables de Colombia. Allí, entre templos coloniales, caminos de piedra y paisajes sembrados de fe y tradición, una locomotora serpentea los pueblos como un suspiro de esperanza.
Es el “Tren de la Vida y la Esperanza”, una propuesta que, más allá de unir a Sogamoso con Corrales y Paz del Río, conecta a los viajeros con la historia, la espiritualidad y el calor humano de esta tierra. Durante Semana Santa, ese vagón no solo transporta cuerpos: mueve corazones. A bordo, los turistas asisten a procesiones, ferias gastronómicas, muestras artesanales y escenas vivas del teatro religioso, mientras el paisaje boyacense se les cuela por la retina.
Richard Pulido, secretario de Turismo del departamento, lo resume con una convicción que contagia: “Este tren simboliza el renacer del turismo en Boyacá. Aquí cada estación es un motivo para creer, para quedarse, para volver”.
Pero si algo distingue a esta tierra es su gastronomía, que no se sirve solo en platos, sino en memorias. La mazamorra chiquita, el cocido boyacense, la arepa de maíz pelado o el mute humeante son manjares que abrazan el alma del forastero. Sabores ancestrales que no caben en una receta, sino en la historia contada por las abuelas en cada fogón.
Boyacá no solo es bello por fuera, también es noble por dentro. “Somos el tercer destino más valorado del mundo por los turistas. Y no por tener el mar o grandes autopistas, sino porque tenemos algo más difícil de encontrar: gente buena, naturaleza viva y cultura que respira”.
Boyacá, el de los pueblos en piedra, el de los nevados que cuentan historias, el de las manos artesanas y los caminos sembrados de fe, sigue esperando a quien quiera escucharlo. Porque como dicen los de de la tierrita de la Libertad: quien visita Boyacá con el corazón abierto, se lleva un pedazo de alma que no se olvida jamás.