24 de abril de 2024 - 8:11 PM
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Un caballo lo dejó ciego, pero es el que mejor barre los parques

ledierSu profesión a mucho honor: barrendero. No mira la mugre pero su escoba deja brillante todo.

Por Luisa Márquez / Las Chivas del Llano

Cuando Didier Girón, un campesino casanareño, cumplió 21 años, comenzó a ver la vida más oscura: su alrededor se volvió negro y nunca más volvió a ver el universo.

Todo empezó unos años atrás, cuando amansaba un caballo en la finca Santa Marta de Orocué. Un golpe en la cabeza que le propinó el animal le encegueció su ojo izquierdo y con el paso del tiempo la ceguera pasó al ojo derecho y quedó totalmente en tinieblas.

Pero pese a la oscuridad, su vida empezó a recibir la luz de la fortaleza, del amor y de la valentía para valerse por sí mismo.

Didier tiene 38 años y aunque ha pasado casi media vida en la oscuridad, recuerda su juventud porque “recordar es vivir”. Gracias a su familia logró salir adelante y a sacarle provecho a sus otros sentidos, para ganarse el sustento diario y ver la vida de otra manera.

Su trabajo no se queda quieto. Ha laborado en oficios varios y durante tres años vendió galletas de chocolate y vainilla en las calles. “No fue nada fácil, porque mi sueño era tener un trabajito estable. Persistí y logré el de barrendero con una empresa de servicios de Yopal”, agrega con la alegría del  embellecedor del paisaje.

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Didier Girón, el embellecedor de los parques

“A mí no me gusta pedir limosnas a la gente, porque a nadie se le entrega el pescado ya escamado y preparado para que coma; toca enseñarles a las personas  a pescar para que aprendan a conseguir lo que necesitan. Y  así me ha tocado a mí”, dice Didier, mientras lanza un vistazo imaginario a la iglesia central de Yopal.

Y al tiempo que lanza una risotada, recuerda a su esposa, con quien vive hace más de dos años, y a quien conquistó muy rápido “porque fue un amor a primera vista”. Como quien dice: lo encegueció el amor.

De ella poco habla, pero es feliz en su hogar, donde él ayuda a hacer los quehaceres domésticos, cuando no está en los parques barriendo, ya que su compañera sale a trabajar desde muy temprano.

“Las limitaciones no existen. Están en la mente más no en el corazón”, dice mientras empuña su escoba y empieza a barrer el parque, para que cuando pasen los transeúntes y lleguen los turistas, al menos vean que un hombre contempla en su corazón, la belleza de una ciudad en desarrollo.

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Redacción Chivas

Periodista, Director de www.laschivasdelllano.com y www.laschivasdecolombia.com