El pesista es el primer hombre que logra una presea dorada. Ya lo habían logrado María Isabel Urrutia y Mariana Pajón
En su tercer y último intento en la modalidad envión, Óscar Figueroa ya tenía asegurada la medalla de oro. Pese a que no logró levantar la pesa, no importó, pues el peso de la presión y la lucha por conseguir la medalla se aligeró y fue reemplazada por las lágrimas y la emoción que lo embargó a él y a todo un país.
El pesista, una vez terminó su participación, conmovió a toda Colombia, pues no pudo contener las lágrimas y permaneció arrodillado. Óscar, agradecido, entendía la magnitud de lo que había logrado: cerrar su carrera con broche de oro.
El deportista, medallista de plata en Londres, había anunciado su retiro y por ello buscó la gloria por 20 años. Su primera participación en Beijing, tan frustrante y desafortunada para un deportista de su talla, se vio recompensada con creces en los años siguientes.
Hoy Figueroa vuelve a demostrar lo que el deporte le puede dar a Colombia y da el ejemplo perfecto de que se puede triunfar, pese a la adversidad de haber sufrido los estragos de la violencia y de las dificultades.
Figueroa, deportista antioqueño formado en el Valle del Cauca, es el tercer oro que logra Colombia, pero el primer hombre que lo consigue.
Precisamente una pesista fue la encargada de darle a Colombia su primer oro: el lunes fue un buen día para recordar la gesta de María Isabel Urrutia, quien se bañó de oro en Sydney 2000.
El segundo oro llegó de la mano de Mariana Pajón (quien podría repetir este año). La bicicrosista, oro en Londres 2012 en BMX, felicitó a Figueroa a través de redes sociales y le dio la bienvenida al club.
Para Colombia esto apenas empieza. Pese a la infortunada caída de Sergio Luis Henao en la carrera de ciclismo de ruta y a otros colombianos que le han tenido que decir adios a Río, todavía quedan muchas esperanzas de medalla, que podrían revivir la emoción y alegría que Colombia vivió el lunes gracias al gigante Óscar Figueroa.
CM&