28 de marzo de 2024 - 11:43 PM
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Hay más de 4.052 jóvenes de Ser Pilo Paga con deudas en el Icetex

Como los 37.957 jóvenes que recibieron el beneficio de Ser Pilo Paga (SPP), Elisa Arroyave también se entusiasmó cuando le dijeron que podría estudiar en una de las mejores universidades del país.

Pero esa caminata al filo de un abismo económico provocó que su salud mental se deteriorara, que en las clases le dieran ataques de pánico y que la esperanza de graduarse se deshiciera a punta de resignación.

El compromiso era relativamente sencillo: el Estado colombiano les daba a los ‘pilos’ la plata para financiar sus matrículas durante lo que duraran las carreras. Si culminaban sus estudios en el tiempo estimado y se graduaban, les perdonaban la deuda. Bastaba, entonces, con presentar el cartón y asunto arreglado. Pero si no lo lograban, tendrían que asumir una millonaria deuda y devolver la plata que les consignaron a las universidades, en su mayoría privadas (85 %).

Entre el 2015 y el 2018, la política pública de SPP abrió 39.363 cupos en universidades para jóvenes que obtuvieron buenos resultados en sus pruebas Icfes Saber 11 y que seguramente no hubieran podido acceder a la educación superior de otra manera.

2.041 de ellos nunca se matricularon; el resto sí comenzó con su carrera. Los datos más recientes de esa entidad financiera señalan que les han condonado la deuda a 9.773 estudiantes que ya se graduaron.

Sin embargo, un informe reciente del Observatorio de la Universidad Colombiana mostró que 6.956 estudiantes se retiraron del programa. La mayoría de ellos asumió millonarias deudas que los esperan a la vuelta de la esquina si no reciben un salvavidas económico.

De hecho, el observatorio advirtió que un total de 4.052 alumnos universitarios tenían procesos de cobro de créditos pendientes con el Icetex.

Es una paradoja: una política pública que fue construida para aumentar la movilidad social y mejorar el acceso a la educación de jóvenes de escasos recursos podría dejar a algunos de ellos atados a pesados lastres financieros.

Beneficio y desilusión

A Elisa decir que Ser Pilo Paga es un beneficio le debe saber a ironía.

En 2016 aterrizó en la carrera de Biología de la Universidad Eafit, con la financiación de SPP. Pronto se dio cuenta de que el nivel académico de otros estudiantes era distinto al suyo.

“Tenía varios compañeros que habían salido de colegios privados. Eran bilingües o trilingües. Habían tenido experiencias por fuera del país, otras oportunidades que hacían la diferencia”, aseguró.

Las desventajas económicas también le pesaban. Para ella comprar libros y documentos era más difícil que para sus compañeros, que no debían hacer mayor esfuerzo para costearlos.

Incluso, contó, había días en los que tenía que sacrificar la plata de los pasajes para poder comer en la universidad. Le tocaba irse a pie. De su casa a Eafit se gastaba entre 40 minutos o una hora. “Yo camino mucho”, dijo Elisa, como si nada.

Vale decir que tanto el Estado como las universidades privadas hicieron grandes esfuerzos para evitar que los ‘pilos’ tuvieran obstáculos académicos y económicos que les impidieran culminar sus carreras.

El Icetex les brindaba apoyos de sostenimiento que se consignaban con el fin de que los alumnos pudieran costear los gastos paralelos a su educación.

Pero en algunos casos ese apoyo no fue suficiente. A partir del cuarto semestre de la carrera, las notas de Elisa bajaron y con ellas desmejoró su salud mental.

“En sexto y séptimo semestre empecé a tener episodios depresivos”, recordó Elisa. “No soportaba estar en la universidad, cuando llegaba tenía ataques de pánico. No podía concentrarme, tenía demasiada ansiedad”, agregó.

Hubo días en los que no se paraba de la cama, no comía y no iba a clases. La situación se volvió insostenible. “Si vas a deber $100 millones, tu vida no los vale”, le dijo una psicóloga a la que consultó.

Pese a la robusta deuda que iba a adquirir y a la incertidumbre de no tener claro cuál sería el siguiente paso en su vida académica y profesional, decidió dejar la carrera.

Un futuro con deudas

Hasta su charla con este diario, Elisa no tenía claro cómo funcionaría su deuda ahora que dejó por completo la universidad.

Por eso, EL COLOMBIANO consultó con el Icetex cuál será la dinámica bajo la cual los ‘pilos’ tendrán que pagar el dinero que el Estado invirtió en sus matrículas.

Iván Morales, jefe de Planeación de esa entidad, explicó que “en este momento ninguna de las personas desertoras de SPP se encuentra pagándole al Icetex”. Según señaló, les dieron dos años de gabela para pagar. Los que primero tendrían que empezar con las consignaciones comenzarán a hacerlo a partir del 2023.

Morales señaló que la deserción en el programa SPP es, por lo pronto, mucho más baja que en el promedio de la población universitaria. Según explicó Morales, los ‘pilos’ que han desertado suman el 18 % del total de beneficiarios, mientras que a nivel nacional quienes abandonan sus carreras universitarias rondan el 50 %.

En todo caso, la posibilidad de que los desertores de SPP tengan que devolver el dinero que les dio el Estado quedó en entredicho con la llegada del electo presidente Gustavo Petro al poder, pues ha dicho que una de sus propuestas es, precisamente, “condonar las deudas del Icetex”.

Fuente; El Colombiano

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