Los resultados son poco esperanzadores: entre más use Facebook, más triste y deprimido estará. Ese el principal hallazgo de la investigación realizada durante siete años y en tres oleadas.
En el informe participaron 5.208 personas desde 2013, en los Estados Unidos; como parte interesante e inédita de la metodología se analizaron los resultados comportamentales en tres momentos distintos, para medir con efectividad el impacto, durante siete años, del uso continuo de Facebook, con acceso directo a los perfiles y demás redes de los participantes.
Dicen los investigadores, en entrevista con el Harvard Business Review, que “el uso de Facebook se asoció negativamente con el bienestar general” de los participantes, siendo “particularmente fuertes para la salud mental”.
Los análisis mostraron que al usar Facebook se presentó “significativamente una reducción posterior en la salud física, la salud mental y la satisfacción con la vida”.
La exposición a las imágenes cuidadosamente seleccionadas de la vida de los demás conduce a una autocomparación negativa y puede restar valor a experiencias más significativas de la vida real”
Lo curioso del informe es que no logra determinar cuáles de las acciones tomadas por los participantes fueron las que generaron mayor impacto negativo: si al publicar estados, comentar los posteos de otros usuarios o hacer ‘like’ en contenidos que encontraban en Facebook.
Lo que sí es claro es que la “comparación social” y tener que “adaptar su imagen” a la que Facebook le propone, fueron las razones, principales, para el deterioro de la calidad de vida.
“La exposición a las imágenes cuidadosamente seleccionadas de la vida de los demás conduce a una autocomparación negativa, y la gran cantidad de interacciones en las redes sociales (que otros obtienen) puede restar valor a experiencias más significativas de la vida real”, sentencia duramente el informe.