Según los 9 congresistas y 2 directivos consultados, los que más impulsan la lista abierta son los actuales representantes a la Cámara que quieren saltar al Senado y no hacer fila detrás de los que entraron en coche detrás de uribe.
Desde que hace unos días el expresidente Álvaro Uribe dijo a sus copartidarios en la primera reunión de bancada que el Centro Democrático deberá llegar a un acuerdo antes de mitad de año para determinar si abre sus listas al Senado, se ha disparado un intenso debate dentro del partido uribista en el que prevalece la unanimidad.
Y según supo La Silla, los congresistas que quieren la fórmula de la lista abierta (porque sienten que pueden tener votos suficientes para reemplazar a los actuales senadores), están haciendo campaña interna para que el uribismo haga su primera gran reforma en su corta existencia.
El cambio
Abrir la lista significaría que el candidato avalado por el Centro Democrático para competir al Senado debe salir a buscar sus propios votos para tener una curul y pasaría a un segundo plano el número que ocupe en el tarjetón ya que ganan los que más votos tengan.
En una lista cerrada, como la que Uribe hizo en 2014, el elector vota por el partido y no por el candidato, por lo que si hay suficientes votos para cinco curules los que ocupen los primeros cinco puestos de la lista se convierten en senadores.
La lista cerrada fue avalada por el Gobierno en la reforma al equilibrio de poderes (pero se cayó en segunda vuelta) y en ese momento el ministro del Interior Juan Fernando Cristo decía que el Centro Democrático era ejemplo de disciplina de los partidos por llevar la lista cerrada.
Hace tres años, la lista cerrada con Uribe a la cabeza sacó 21 senadores, dos más que los del Partido Conservador, tres más que el Liberal y la misma cantidad de los que tiene La U, una proeza para un partido recién creado.
Y aunque “en el partido hablan todos, pero el último que decide es Uribe”, según nos dijo un miembro del uribismo, que en los dos lados haya personas cercanas al ex Presidente hace que el pulso no sea fácil de dirimir.
Según los 9 congresistas y 2 directivos que consultamos, los que más impulsan la lista abierta son los actuales representantes a la Cámara que quieren saltar al Senado y no hacer fila detrás de los que entraron en coche detrás de uribe.
Llevan la batuta Santiago Valencia de Antioquia y María Fernanda Cabal de Bogotá. También a favor de la abierta en Cámara están Regina Zuluaga de Antioquia y Pierre García de Tolima.
Cabal y Valencia tienen aliados clave en los cuadros directivos del Partido: Fabio Valencia Cossio, papá del representante, ex ministro de Uribe, y directivo uribista en Antioquia y José Félix Lafaurie, esposo de Cabal, presidente de Fedegán y miembro de la dirección nacional del partido.
Tenerlos allí asegura que las propuestas de abrir las listas también tendrán eco en la dirección nacional.
En el caso de Cabal, una persona cercana a ella nos dijo que dentro de su círculo personal ha hablado de poder tener un voto de opinión que supere los 100 mil votos, en parte por ser una figura polémica que encarna un sector de derecha, y también, según nos dijo un Concejal, por tener presencia en Bogotá, a través de al menos 10 ediles de 30 que tiene el Centro Democrático en Bogotá.
Una situación similar tendría Santiago Valencia. Como contamos, con su elección en la Cámara, su papá demostró que mantiene un poder electoral importante en su Antioquia natal, donde también el grupo de Valencia Cossio tiene influencia en el concejo de Medellín y la asamblea (donde el uribismo tiene las mayorías).
“Hay que aumentar la participación y eso se hace con una lista abierta”, nos dijo el representante Valencia. Él cree que “no hay cama pa’ tanta gente” en una lista cerrada donde “todos los senadores quieren repetir, los que queremos entrar de la Cámara y los que quieren llegar de otros lados”.
En contra de la lista abierta estarían la mayoría de los actuales senadores, según consultamos, encabezados por José Obdulio Gaviria (ex asesor presidencial de Uribe y director del centro de pensamiento uribista), Ernesto Macías y el precandidato uribista Iván Duque. A los que se sumarían representantes como Samuel Hoyos, Federico Hoyos y Tatiana Cabello.
”No hay cama pa’ tanta gente en una lista cerrada. Todos quieren repetir”
Su argumento principal, según nos dijeron, es que abrir las listas permitiría la entrada de personas que, consideran, no comulgarían con el uribismo y convertirían el partido en una fábrica de entrega de avales y mermelada, como nos dijo el senador José Obdulio.
“El sistema de la lista cerrada con Uribe es de la esencia del uribismo”, nos dijo.
De hecho, en una carta enviada a las juventudes del Partido, el senador-precandidato Duque dijo que el sistema cerrado blindaba al partido de las “microempresas electorales”.
“Es una forma de satanizar la discusión”, dijo en respuesta el representante Pierre García, quien dice que él puede llegar a una votación suficiente para una curul en el Senado, porque ya se probó en una lista abierta a la Cámara en Tolima cuando fue elegido.
Los representantes y directivas a favor de abrir las listas creen que los que no quieren este sistema se amparan en el nombre de Uribe para repetir Congreso.
“En la bancada ahora Paloma (Valencia), Iván (Duque), Paola (Holguín) pueden tener una opción de reelegirse, consiguiendo sus propios votos, pero ¿qué votos tienen Ernesto Macías o José Obdulio? no suenan!”, nos dijo un directivo nacional del Partido que pidió reserva de su nombre.
”La lista cerrada es la esencia del uribismo”
Esa misma fuente aseguró que “no era justo” que votaciones altas del Partido como las de Casanare (donde el uribismo puso Gobernador con 85 mil votos), Tolima (donde su gobernador coavalado con los conservadores tuvo 220 mil votos) o Norte de Santander (donde su candidata a la Gobernación tuvo 78 mil votos) “no tengan un solo senador”.
El juego para la Presidencia
La discusión que puso Uribe sobre el tapete cobra relevancia ahora que, tras el inesperado triunfo del No en el plebiscito, se configura como una de las opciones más fuertes para llegar a la Presidencia en 2018.
Para todos los consultados, de la lista que tenga el Partido dependerá que si su candidato (el que avalen) llega a ganar las elecciones, tendrá las mayorías en el Congreso para gobernar.
De hecho, las elecciones parlamentarias de marzo de 2018 serán el pulso más definitivo para definir las coaliciones con miras a la primera vuelta presidencial que se realizará dos meses después.
Y al abrir las listas, según sus partidarios, conseguirían más apoyos para una eventual coalición para segunda vuelta dado el incentivo de ir jalonados en el Congreso por la figura del popular Uribe.
Y como hemos reportado, la idea del Partido y en especial de Uribe y de su precandidato Óscar Iván Zuluaga es lograr una coalición presidencial entre los que hicieron campaña por el No.
Aunque la lista cerrada quedó definida en los estatutos del Partido, los lados en disputa apuestan a convencer a Uribe para que en una Convención se puedan cambiar, acatando la disciplina de su líder.