Las fuertes lluvias en el piedemonte llanero provocaron el desbordamiento de sus quebradas
Sobre las 11:15 p. m. del lunes 17 de julio, una avalancha cubrió de lodo la vereda El Naranjal, del municipio de Quetame, Cundinamarca. Dejando, según el último reporte del gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, y el Cuerpo de Bomberos del departamento, al menos 14 muertos y 20 desaparecidos.
El paisaje se transformó por completo en cuestión de minutos. Casas, calles, vehículos y familias enteras quedaron entre el barro, “principalmente en el sector de El Naranjal”, en donde “se reportan varias viviendas que fueron arrasadas por las crecientes. Hay un promedio de 20 personas desaparecidas y se está haciendo atención de varias personas lesionadas en los diferentes sitios”, de acuerdo con el delegado departamental de Bomberos, el capitán Álvaro Farfán.
El deslizamiento habría ocurrido a raíz de las fuertes lluvias registradas en el piedemonte llanero, que, mientras todos dormían, provocaron el desbordamiento de varias quebradas que rodean y atraviesan el municipio.
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“Por las fuertes precipitaciones en la zona se presenta una avenida torrencial que genera la afectación de varias viviendas y de un colegio que se encuentra en la zona. Se han visualizado en este momento seis –ahora catorce– cuerpos y se habla en este momento de un promedio de 20 personas desaparecidas”, precisó Farfán en entrevista para Caracol Radio.
No habiendo pasado 12 horas, las autoridades, recién en campo, ya registraron 35 damnificados y un menor dentro de las víctimas mortales.
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Según el gobernador García, “seis personas (han sido) halladas con vida y remitidas a puestos de salud y hospitales de la provincia y del departamento del Meta, en Villavicencio y, desde el departamento de Cundinamarca y desde el municipio de Quetame se ha declarado la calamidad pública y la urgencia manifiesta para poder disponer de los recursos de manera inmediata, a través de la Unidad departamental de gestión del riesgo, para atender a las víctimas, a todas las familias damnificadas y, por supuesto, también, atender al municipio en todas aquellas obras e inversiones que deban hacerse de manera inmediata para mitigar la tragedia”.
Los primeros videos de cómo habría quedado Quetame tras el paso de la avalancha son desoladores. Las aguas, teñidas por el barro, se adueñaron del paisaje y movieron a su antojo camiones, tejados y fachadas, que los habitantes no logran diferenciar entre el lodo.
La magnitud de la avalancha fue tal, que dos de las victimas fatales fueron arrastradas por la corriente hasta Acacías, en el departamento del Meta, a unos 70 kilómetros de Quetame.
El presidente Gustavo Petro lamentó la noticia e insistió en la necesidad de ordenar las poblaciones alrededor del agua, aunque, sin invadir su espacio, que va más allá de la rivera.
“La muerte que llega a Quetame, Cundinamarca, demuestra la imperiosa necesidad de ordenar el territorio alrededor del agua y liberar sus espacios en los Planes POT de los municipios. Alcaldes y alcaldesas deben priorizar este principio. Mi sentido pésame a las familias víctimas”.
Caos en la movilidad y vías deshabilitadas
Mientras los organismos de socorro y rescate intentan adentrarse entre la montaña para sacar del lodo a quienes permanecen desaparecidos desde la madrugada, la entrada al municipio, por la vía al Llano, se encuentra bloqueada por cuenta del material rocoso sobre la carretera.
“Continúa cierre total de vía por afectación en el sector del peaje Naranjal debido a avalanchas y crecientes súbitas de la quebrada del sector. Se desconoce tiempo de apertura, se requiere inspección y revisión con luz día. Siga recomendaciones del personal (sic)”, informaron desde la cuenta oficial de Twitter de la concesionaria Coviandina.
Desde el sur de Bogotá se han registrado monumentales trancones, de viajeros que se quedaron haciendo fila en la carretera que conduce al peaje del Naranjal. Conductores de camiones informaron que el puente habría desaparecido bajo el lodo en el sentido Villavicencio -Bogotá.
Llegar a Quetame o al centro del país desde el departamento del Meta, se ha convertido en todo un problema para los conductores. Incluyendo al personal de la Defensa Civil.
Fueron cuatro las quebradas desbordadas entre la noche del lunes y la madrugada del martes (18 de julio), afectando a más de 20 viviendas y un colegio.
Es así que, las autoridades aprovecharan al máximo la luz del día para continuar con la búsqueda y encontrar la mayor cantidad de personas desaparecidas antes de que regresen las lluvias o se ponga el sol. Una carrera contra el tiempo que tiene en vilo a varias familias.
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