Además, el también presidente de la Asamblea Nacional, declarará este lunes la “alarma nacional”, debido a que el apagón agobia a la población a medida que se agota el agua y la comida.
Guaidó, reconocido por 50 países como mandatario interino de Venezuela, encabezará una “sesión de emergencia” en el Congreso de mayoría opositora para insistir en la ayuda humanitaria, tras el fallido ingreso del 23 de enero.
“No podemos voltear la cara ante la tragedia que vive nuestro país. Solicitaré decretar Estado de emergencia nacional”, aseguró después Guaidó, quien se ha dicho dispuesto a autorizar la acción de una fuerza extranjera.
“No podemos acostumbrarnos a la emergencia. No les vamos a dar las gracias a unos ladrones por devolvernos la normalidad. Señores de la Fuerza Armada: Es el momento, No hay más”, dijo Guaidó, que trata de romper el principal sostén de Maduro, los militares.
Ante la incapacidad para resolver el problema que se presenta desde la tarde del pasado jueves, el régimen de Maduro extendió la suspensión de actividades laborales y escolares, que había ordenado el día que comenzó el apagón, el peor en este país de 30 millones de habitantes que afecta a la capital y 22 de los 23 estados por tanto tiempo.
El servicio se ha restablecido por lapsos en algunas zonas pero la crisis no fue aún resuelta. Ana Ruiz, de 35 años, teme que el pollo que tiene en la nevera se pudra, “una gran pena” —dijo— en un país que sufre por falta de alimentos y medicinas, y una voraz hiperinflación.
Muchas casas tienen tanques de agua porque siempre hay racionamiento en Venezuela, pero las bombas no funcionan sin energía. En Caracas, muchos hacen cola en tomas de agua al pie de las montañas del Ávila.
Ante la prolongación de la crisis, el gobierno comenzará este lunes a distribuir alimentos y agua potable en sectores populares, y a dar asistencia a hospitales.
“Una situación explosiva”
Los hospitales con generadores de energía los usan para emergencias. La ONG Codevida sostiene que 15 enfermos renales murieron por falta de diálisis, y Guaidó sostiene que otros 17 han muerto en hospitales. No obstante, el gobierno niega que haya muertos.
Muchos negocios están cerrados y no es mucho lo que puede comprar. Hace meses los venezolanos sufren la falta de dinero en efectivo y todo, hasta la más pequeña compra, se hace por transferencia electrónica, pero sin electricidad los datáfonos no funcionan.
Muchos están vendiendo agua, carne, gasolina y hasta hielo en dólares. Con un éxodo de 2,7 millones de venezolanos desde 2015 según la ONU, la incomunicación es también angustiante.
Al caer la noche, con las calles en penumbra, surge el terror a la delincuencia en un país con altos índices de violencia.
Hay poco transporte y largas filas se forman en las estaciones de servicio ante el temor de que pronto falte el combustible. Pero aunque muchas gasolineras tienen, no hay como pagar.
“Preocupa que Venezuela esté entrando en una fase de colapso total porque el país tiene una situación explosiva”, aseguró a AFP el politólogo Luis Salmanca.
En el aeropuerto internacional de Maiquetía también hay caos. Las autoridades registran manualmente el ingreso y salida de viajeros. “No hay luz, no hay sistema, no hay rayos X y te revisan y revuelven las maletas con las manos, como les da la gana”, aseguró Jessica Cuervo, 37 años, quien llegó en vuelo desde Miami.
Nueva etapa del deterioro
Maduro sostiene que el apagón fue ocasionado por “un ataque cibernético electromagnético” dirigido por Estados Unidos contra la hidroeléctrica de Guri, en el estado Bolívar (sur), la principal de Venezuela y segunda de América Latina, después de Itaipú (Brasil-Paraguay).
El presidente afirmó que tras haber logrado buena parte de la reconexión hubo nuevos ataques y se avanza “lentamente para que el sistema de recuperación” del servicio eléctrico “ahora sí sea estable”.
“Es un alivio (que vuelva la luz), pero se va a volver a ir. Este gobierno lo que ha hecho es destrozar el sistema eléctrico”, dijo a AFP Ludwig Laborda, de 30 años, quien trabaja con marketing por internet.
Pero Guaidó asegura que la falla se debió a un incendio de vegetación que afectó las torres de transmisión de la hidroeléctrica, por falta de mantenimiento, de inversiones y por la corrupción.
Para el analista Luis Vicente León, “este episodio es resultado de la destrucción sistemática del país en dos décadas, pero también el inicio de una nueva dimensión de deterioro”, que traerá “radicalización de las partes, agudización de sanciones y protestas”.
Fuentes consultadas
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AFP