En el Centro Democrático (CD) ya hay algunos congresistas que empezaron a pensar sobre lo que será el futuro de su partido, no solo en lo que tiene que ver con el Congreso sino con la Presidencia en el 2022.
Los tiene pensando el hecho de que hasta ahora el expresidente Álvaro Uribe les ha insinuado que no tiene intención de volver a aspirar al Congreso. Los 875 mil votos que él obtuvo en las elecciones para Congreso el año pasado fueron claves para jalonar la lista y el CD consiguiera llevar al Senado a 19 legisladores.
Pero son conscientes que una cosa es la lista con Uribe y otra sin él.
Y mientras unos están mirando cómo solucionar esto para que el CD se mantenga firme en el Congreso, otros ya están pensando en la sucesión del presidente Iván Duque.
Si bien son muy pocos los que han oficializado su intención de estar en el partidor presidencial, en voz baja han comenzado a trascender nombres de algunos uribistas que podrían aspirar a suceder a Duque.
Se da como un hecho que la senadora Paloma Valencia, quien ya fue precandidata del partido, volvería a internarlo. Lo mismo ocurriría con la exministra María del Rosario Guerra.
Quien no ha ocultado su interés de participar en la contienda presidencial es la senadora paisa Paola Holguín, la segunda votación (58.000 votos), después de la de Uribe, para el Senado en el 2018. En este caso puntual se podría decir que es la única que tiene una estructura política para que la apoye: los ‘paolos’.
Pero también es evidente que el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, está interesado en meterse en la brega por conseguir el aval del Centro Democrático a la Presidencia. En el 2018 lo intentó pero fue derrotado por Duque en la encuesta interna.
Lo más seguro es que el exviceministro Rafael Nieto, otro de los derrotados por Duque, también quiera volver a intentarlo.
La gran novedad entre los presidenciables del Centro Democrático corre por cuenta del que podría considerarse como el más desconocido de todos, el ex gobernador del Casanare Alirio Barrera. Uribe está impresionado con su gestión administrativa pero también con su capacidad de conseguir votos. Y eso a él le gusta.
Hasta ahora formalmente nadie en el CD ha estado planteando el tema, pero un hecho que el asunto ya se está moviendo.
Además, a Uribe le gusta que su gente tenga aspiraciones y que se quiera hacer contar.
Aunque todavía faltan más de dos años para que se termine este gobierno, es un hecho que la campaña presidencial se está agitando así legalmente no se pueda hablar de campaña.
Fuente, El Tiempo.
