Estos comerciantes están preocupados por las bajas ventas que se presentan desde la inauguración del terminal nuevo.
Preocupación y tristeza, es el común sentir entre los comerciantes que se encuentran alrededor del terminal viejo, al ver que ya no hay un flujo constante de clientes ni turistas en la zona, dejando así un declive de ventas en sus negocios de tiendas, hoteles, panaderías, restaurantes y papelerías.
Algunos afirman que el dinamismo del comercio bajó a un 50% o 70% ya que la zona se encuentra totalmente desolada, preguntándose así, si esto ayudará a que aumente la delincuencia e inseguridad.
Algunos de ellos están esperando lo que va a suceder con el predio del terminal antiguo para decidir qué hacer con sus negocios; y, como las esperanzas que tienen respecto a eso son pocas, buscan la forma de trasladarlos para el terminal nuevo ya que, según ellos, el panorama no pinta para nada bien si se quedan.
Otros comerciantes en vez de dejar, cambiar o trasladar sus negocios, esperan poder transformarlo, realizar publicidad en el nuevo terminal para así atraer turistas a la zona, y realizar algunos que otros arreglos para hacerlo ver más atractivo.
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