
Alfredo Mondragón y Alirio BarreraFoto: Senado/X
Credito a: Blu Radio
El ambiente en el Congreso de la República se volvió aún más tenso luego de una dura confrontación entre el senador Alirio Barrera del Centro Democrático y el representante Alfredo Mondragón del Pacto Histórico, que tuvo lugar después del hundimiento de la reforma laboral, un proyecto clave para el gobierno. Esta discusión, que surgió por las implicaciones sociales de la reforma, subió de tono cuando Mondragón criticó fuertemente a Barrera, acusándolo de comportarse con «macabra serenidad» ante la decisión que, en su opinión, afectó gravemente los derechos laborales de miles de colombianos.
Mondragón acusa a Barrera de ser cómplice de una “masacre laboral”
En una entrevista con Mañanas Blu, Mondragón fue tajante al calificar la votación en contra de la reforma laboral como una «masacre laboral». Según el representante del Pacto Histórico, esta decisión privó a más de 400.000 jóvenes, 600.000 trabajadoras domésticas y 37.000 madres comunitarias de acceder a derechos fundamentales, como contratos laborales dignos y la vinculación al ICBF.
«Lo que pasó fue una masacre laboral. Le negaron a más de 400.000 jóvenes la posibilidad de recuperar sus derechos laborales, a más de 600.000 mujeres trabajadoras domésticas la oportunidad de un contrato de trabajo digno y a 37.000 madres comunitarias la vinculación al ICBF», expresó Mondragón en el programa.
El representante, además, no ocultó su molestia con la actitud de Barrera durante el proceso, criticando lo que él percibió como una “macabra serenidad” del senador, que a su juicio, trató de desestimar la gravedad de la situación.
«Le dije al señor Alirio Barrera con su, creo yo, macabra serenidad, después de haber cometido semejante masacre laboral, de negarle los derechos a la población, no le iba a aguantar una mirada, como se lo dije, de matón», sentenció Mondragón.
¿Qué dijo Alfredo Mondragón en Blu Radio?
Referencias a supuestos vínculos de Barrera con personas cuestionadas
El enfrentamiento fue más allá de la discusión política sobre la reforma, pues Mondragón aprovechó para señalar a Barrera por sus presuntos vínculos con personajes como John Jairo Torres (alias «John Calzones»), quien ha estado involucrado en procesos judiciales por enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
«Yo sé que el señor Alirio Barrera tiene cercanías políticas con personas cuestionadas. Pero yo no me voy a dejar intimidar», subrayó Mondragón.
La respuesta de Alirio Barrera: “Mi error fue haber estado tranquilo”
Por su parte, Alirio Barrera respondió con firmeza a las acusaciones de Mondragón. En una intervención posterior, el senador defendió su postura durante la votación en la que se opuso a la reforma laboral, asegurando que su única «falta» fue “haber estado tranquilo” al ejercer su derecho constitucional como legislador.
«El error mío fue haber sido prudente, haber hecho uso de lo que la Constitución y la ley nos permite», dijo Barrera, señalando que se le trató de criminal por ejercer su derecho a votar en contra del proyecto.
Barrera también denunció los ataques y el hostigamiento que recibieron los congresistas que votaron en contra de la reforma, especialmente las mujeres que integraban la comisión.
«Ustedes lo vieron, nos gritaron, nos faltaron al respeto, a todo el que iba pasando», relató Barrera.
En cuanto a la acusación de Mondragón sobre su mirada desafiante, Barrera negó cualquier intento de provocación, defendiendo su actitud durante la discusión.
«Él dice que no le gustó mi mirada, que era mirada de matón. Nunca he tenido ni siquiera una denuncia por algo similar, pero él decidió generar un escándalo», concluyó Barrera.
Reacciones políticas y el impacto en la opinión pública
Este cruce de palabras entre los dos congresistas no solo refleja las fuertes divisiones en el Congreso respecto a la reforma laboral, sino también cómo las diferencias políticas se han convertido en disputas personales, especialmente en un contexto donde las redes sociales amplifican cada declaración.
El incidente ha captado la atención del pueblo, que se muestra dividido sobre quién tiene razón en esta confrontación. Mientras algunos defienden a Barrera por mantenerse firme en su postura, otros apoyan a Mondragón por denunciar lo que considera una «masacre laboral» y la desprotección de los derechos de los trabajadores.
El resultado de este enfrentamiento parece haber puesto de manifiesto, además, la creciente polarización en la política colombiana, donde los ataques personales se convierten en un reflejo de las tensas dinámicas que predominan en el Congreso.