Por cargos de obscenidad, la artista tuvo que comparecer ante un Tribunal de Tokio.
Megumi Iragashi, una innovadora artista de Japón, deberá pagar una multa de 800.000 yenes, unos 6.600 dólares, pues su obra fue considera obscena.
El episodio se devuelve a 2014 cuando la artista decidió hacer una réplica de sus genitales con una impresora 3D para crear objetos en esa dimensión.
Quiso hacer desde estuches para celular hasta un kayak con la forma de su vagina. En julio y diciembre de ese mismo año fue arrestada por publicar “imágenes con propósito obscenos”.
La artista, que se hace llamar Rokudenashiko, señaló en una entrevista al Japan Times, que “crear una obra que desafía el imaginario existente de los genitales no es razón para un arresto”.
Hasta el mes de mayo la Corte definirá si Iragashi violó las leyes por su “obra” de arte, que de ser así, la máxima sentencia por distribuir objetos obscenos es de dos años en prisión y una fianza de hasta 2.5 millones de yenes.
