Hacia las 11:00 de la mañana, ciclistas, curiosos y reporteros que esperaban el inicio de la Vuelta de la Juventud quedaron atónitos con la llegada de un curioso e inesperado equipo: el de las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía de Pamplona (en Norte de Santander).
12 monjas, montando bicicletas de canasta y vestidas con su tradicional hábito café y crema (poco aerodinámico o deportivo, por decir lo menos) fueron cruzando la meta a toda velocidad, mientras con un ademán saludaban a la concurrencia.
Aunque no es tan resistente como Nairo o tan rápida como ‘Rigo’, Sor Ángela Angarita terminó siendo una ‘sor-presa’ cruzando la primera la línea de meta, seguida por las otras monjas y novicias, quienes no mostraban atisbo alguno de cansancio.
“La meta se siente muy rico pasarla, pero todo hace parte de un esfuerzo y un caminar”, expresó Sor Ángela al medio de comunicación local Pamplona Total.
“Nosotras representamos en esta carrera a nuestra fe, a Dios y a los pamploneses”, agregó feliz la religiosa.
A pesar de su esfuerzo deportivo, las monjas no pudieron participar de manera oficial en la carrera, pues está destinada a ciclistas de alto rendimiento, de la categoría sub-23.
Las religiosas simplemente hicieron el recorrido desde su convento, ubicado en el barrio El Humilladero de Pamplona, hasta el parque principal del municipio, donde estaba ubicada la línea de partida.
Las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía de Pamplona son conocidas por su actitud desenfadada y extrovertida, pues cuando hay fiestas populares también salen a bailar y disfrutar con los asistentes.
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