Se trata de Yolima Pérez Motta, quien llegó a Santander procedente de Canadá justo antes de iniciar el simulacro de cuarentena en las principales ciudades del país.
Por esa razón no la dejaron ingresar al municipio santandereano de Suratá, sino mostraba una prueba de COVID-19 negativa.
“Cuando me negaron la entrada al municipio regresé a Bucaramanga y me di a la tarea entonces de buscar la forma de que me hicieran una prueba, llamé a las autoridades del municipio y ellos dijeron que no podían hacer la prueba porque no tenía síntomas”, explicó Pérez.
La mujer ha hecho la cuarentena obligatoria que decretó el Gobierno Nacional y por segunda vez intentó nuevamente ingresar a su municipio para poder llegar a la finca de sus padres que está ubicada a cinco minutos del casco urbano, pero tampoco la dejaron entrar.
“Es por el bienestar de una comunidad y también por el bien de los papás de ella, porque los papás viven acá en Suratá. Yo ya hablé con los muchachos que están en el puesto de control, que por favor no la dejen ingresar y en ese sentido yo prefiero que me demanden, yo prefiero ir a la cárcel, pero que no me llegue aquí a contaminar la comunidad de Suratá, no sabemos si traiga el virus, lo puede tener o no, pero ella tiene que guardar su aislamiento por fuera del municipio”, explicó la alcaldesa de esa comunidad, Ana Francisca Coronado.
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