26 de abril de 2024 - 9:56 AM
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Las maquinarias no fueron determinantes en el triunfo de Duque

Iván Duque y Martha Lucía Ramírez, presidente y vicepresidenta electos

“Las maquinarias no se movieron por Duque y, sobre todo, él y su equipo se aseguraron de no boletearse con ellas”

LA SILLA VACIA

En su discurso el domingo, Gustavo Petro dijo que parte de su derrota se debió a que “las maquinarias se dedicaron a comprar los votos en los municipios de la Costa”, en alusión al apoyo que tuvo Iván Duque de los políticos tradicionales que en primera vuelta apoyaron a Germán Vargas Lleras y luego llegaron a su campaña. Pero la reportería en terreno no le dan la razón, ni en el Caribe ni en el país en general.

Eso porque si bien Duque creció entre primera y segunda vuelta, solo una parte de ese aumento viene de las maquinarias, según más de 40 fuentes que consultamos para esta historia.

De hecho, en en los ocho departamentos del Caribe Duque solo aventajó a Petro por menos de 10 mil votos (1.728.351 votos contra 1.718.946 votos), mientras que en la segunda vuelta de las presidenciales de 2014 Juan Manuel Santos le había sacado casi un millón a Óscar Iván Zuluaga.

Lo curioso es que Duque y Santos tuvieron el apoyo de las mismas maquinarias – e incluso Duque tuvo más, pues tuvo a los clanes de los García Burgos en Córdoba y los Blel en Bolívar-, que las dos veces estuvieron con el uribismo.

Es decir, al menos en cifras, las maquinarias no fueron claves para la muy leve victoria de Duque en el Caribe.

Más allá de los datos, que no son decisorios porque no hay forma de saber a ciencia cierta cuántos de los votos de Duque provienen de maquinarias, las fuentes coinciden en que no fue así ni en el Caribe ni en el resto del país.

Sin boletearse y sin plata

Una de las razones por las que las maquinarias no se prendieron completamente a favor de Duque en segunda vuelta, es la orden que dieron él y su jefe político, Álvaro Uribe, de no hacer acuerdos burocráticos sino programáticos y hablar individualmente con los políticos.

Encontramos que las maquinarias que ayudaron a Duque lo hicieron con mucha menos intensidad que en las locales, parlamentarias o presidenciales de 2014, y que otras no se movieron por él, ya sea porque no necesitaban hacerlo por la fuerza del uribismo o porque la campaña de Duque ignoró sus apoyos.

Eso lo pudimos ver al menos en cinco casos: Bogotá, Cundinamarca Valle, Santander y Norte.

En Bogotá, donde Duque creció de 983 mil a un millón 447 mil votos, ni en su campaña ni afuera de ella atribuyen ese aumento a las maquinarias que suelen moverse con fuerza para Concejo y Congreso.

“Las maquinarias no se movieron por Duque y, sobre todo, él y su equipo se aseguraron de no boletearse con ellas”, nos dijo una alta fuente de la campaña de Vargas Lleras que luego intentó trabajarle a Duque.

Incluso, contó La Silla Cachaca, el resultado del aumento de Bogotá, aunque perdió, fue por cuenta del trabajo del exvicepresidente y directivo uribista Francisco Santos, quien le abrió las puertas a excandidatos al Congreso y concejales con votos.

En Cundinamarca hubo una situación similar.

“Yo tuve la voluntad de hacer un trabajo con ellos, pero no hubo respuesta de la campaña”, nos dijo el diputado liberal Ricardo Porras. “A líderes o ediles los mandaron a hablar con el quinto anillo uribista: diputados o concejales, no con los que manejaban directamente la campaña”, nos dijo el diputado de La U Juan Carlos Coy.

En Valle  al menos 7 de las 14 estructuras liberales le trabajaron a Duque en segunda vuelta, los de los congresistas Juan Fernando Reyes, Edinson Delgado, Hernán Sinisterra y la dirección liberal a cargo de Jorge Homero Giraldo.

Pero dos altas fuentes rojas nos confirmaron que hablaron con la directiva uribista y senadora Susana Correa, pero, como dijo una de ellas, “no recibimos ni plata ni instrucciones, solo apoyar”. La otra nos dijo que no presionaron mucho porque «ya muchos estaban decididos» por Petro y que prefería no presionarlos «porque ya nos ayudaron al Congreso y nos ayudarán en las regionales».

En Valle, Petro volteó los votos a su favor y le ganó a Duque.

En Santander, las casas políticas de los congresistas vargaslleristas Bernabé Celis y Ciro Fernández y del excongresista condenado por yidispolítica, Iván Díaz Mateus, llegaron a donde Duque sin que los llamaran y solo hicieron reuniones la semana previa a la segunda vuelta.

Otros, como los del viejo PIN y los liberales, solo hicieron comunicados públicos.

“Los partidos (tradicionales) sí movimos. Pero de ahí a ir a hacer una transacción para comprometer el voto, de eso no hubo porque no había plata”, nos dijo un político del área metropolitana de Bucaramanga. Como contamos en la crónica en vivo, en los puestos de votación no había maquinaria, salvo el transporte que le pusieron a votantes.

Así se repitió en casi todas las regiones del país donde estuvimos presentes.

En Córdoba y La Guajira, donde el uribismo sumó respaldos tras la primera vuelta de conservadores en estas elecciones, no se vio en las calles la tradicional logística política para motivar a las personas a votar por ellos, como se ve en otros comicios.

En ambos departamentos Duque tuvo el apoyo de congresistas de La U, conservadores y liberales que llegaron entre primera y segunda vuelta.

En Córdoba fueron los senadores azules David Barguil y Nora García; los liberales Fabio Amín y Arleth Casado; y de La U el grupo de la exsenadora investigada Zulema Jattin y Sara Piedrahita, quien ya respaldaba a Duque desde la primera vuelta y en La Guajira, el superpoderoso representante de La U Alfredo Deluque.

En San Andrés, donde Duque ganó y aumento de poco más de 6 mil a poco más de 9 mil votos, la mayor parte del aumento vino de vargaslleristas de a pie y de personas que no habían votado en primera vuelta. Incluso, la logística del Día D en las islas estuvo a cargo del Centro Democrático y no de los políticos tradicionales.

En Cesar, donde Duque había recibido el apoyo del cuestionado clan Gnecco, de acuerdo a lo que nos contó un curtido periodista de la región no se les vio transportando gente ni organizando logística.

La única estructura que puso a trabajar a algunos de sus líderes con camiseta y refrigerios fue la del exalcalde de Cúcuta condenado, Ramiro Suárez, quien promovió el voto en blanco luego de que Uribe y la vicepresidenta electa Marta Lucía Ramírez, rechazaran su apoyo a la campaña de Duque.

Sin embargo, uno de los líderes de Suárez que trabajó ese día, nos contó que no les pagaron porque esta vez los llamaron bajo la promesa de que los tendrían en cuenta para empleos y como beneficiarios de programas sociales.

Votos por inercia

En otras regiones que son históricamente uribistas, los votos de aumento de Duque llegaron casi que por inercia. Así pasó en Antioquia, el Eje Cafetero y el Huila.

En Huila, un departamento tradicionalmente uribista donde ganó Zuluaga en las dos vueltas de 2014 y el No al plebiscito, las maquinarias conservadoras estaban desde la primera vuelta con Duque y al final se unió la liberal.

Las campañas que aterrizaron después de mayo en Antioquia no tuvieron que moverse, según 12 fuentes en el departamento. Seis de ellas nos dijeron que era más fácil hacer que la gente votara por Duque por el arraigo uribista.

Por ejemplo, Carlos Andrés Trujillo, senador electo con 70 mil votos en Antioquia (el segundo más votado después de Uribe) instaló un par de vallas para Duque en Itagüí  “y eso fue todo”, según nos confirmó el diputado de su cuerda, Bayron Caro.

“El que diga que puso un número de votos está diciendo mentiras”, añadió el diputado.

En Caldas, aunque hubo casas políticas montándose al tren uribista a última hora como la del saliente senador Mauricio Lizcano, el gerente de la campaña allá, Camilo Gaviria, nos dijo que ni hizo falta que los políticos se movieran.

“Los votos de Vargas se habían ido desde primera vuelta adonde Duque. Los que se adhirieron, simplemente fue por show”, nos dijo.

Allí, Vargas obtuvo solo 31 mil votos, mientras que Duque creció 90 mil votos entre primera y segunda vuelta.

“El día de elecciones llamamos a los líderes para que estuvieran pendientes de que la gente saliera a votar, pero muy poquita gente pidió transporte”, según nos dijo en Antioquia el diputado Hernán Torres, de la cuerda del nuevo senador Iván Darío Agudelo.

Así las cosas, si bien las maquinarias aterrizaron con Duque con la esperanza de que en la conformación del gabinete tengan participación en el mismo, su triunfo no dependió de ellas en su totalidad.

Written by
Redacción Chivas

Periodista, Director de www.laschivasdelllano.com y www.laschivasdecolombia.com