23 de noviembre de 2024 - 11:43 PM
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«La violaron y amenazaron; tenemos miedo porque los soldados nos conocen»: hermana de niña

Ese es parte el relato de Felicinda, familiar de la menor indígena Embera de solo 11 años que acusó a 9 militares de abusar sexualmente de ella, en Risaralda.

La mujer contó que su hermana desapareció el pasado domingo, hacia las 5:00 de la tarde, cuando salió a recoger guayabas, en inmediaciones al municipio de Pueblo Rico.

Su familia la buscó toda la noche y parte de la mañana del siguiente día, incluso les preguntaron a varios militares si la habían visto y nadie les dio razón: “A la mañana nosotros fuimos a buscar a Guarato y hasta Agüita y allá tampoco nos daban información de nada. Entonces después fuimos a buscar donde los soldados y también nos dijeron que no la habían visto”.

Y agregó más adelante: “Y era mentira. Ellos a mi hermana la tenían escondida allá en la casa. La tenían escondida en un potrero, en un monte digamos. No nos dieron información de nada de nada a nosotros”.

Luego relató el momento en que la encontraron.

“Como a las 10 de la mañana fuimos a buscar otra vez y la encontramos ahí en el potrero llorando, allá juntito a la quebrada. Después salimos para la casa y se puso a llorar, y dijo que iba a decir la verdad… y dijo que la habían violado varias personas, los soldados”.

Felicinda dijo que fueron con ella a buscarlos, confiando en que “los pudiera reconocer”. Una vez llegaron al batallón, “de las nueve personas solo pudo reconocer a tres”.

Cuando ella y sus hermanos pudieron hablar más tranquilos con la menor, les confesó el horror por el que atravesó:

“Ella nos contó que unos soldados la violaron allá, la cogieron a la fuerza, la tiraron al piso, le taparon la boca y no la dejaban gritar. Bregaba para venirse de ella y la cogieron otra vez, uno de esos soldados la cogió otra vez a la fuerza y la violó. Ella se intentaba volar pero no la dejaban venir”.

No contentos con eso, dijo que también la amenazaron para que no hablara sobre el abuso: “Los soldados le dijeron que no dijera nada que si no la demandaban. Entonces ella dijo que no iba a decir nada”.

La menor, actualmente está recluida en el hospital recuperándose físicamente, pero emocionalmente está muy afectada. Su hermana dice que sabe “que no está bien porque ella es muy callada, y además es una niña y no sabe nada de esas cosas”.

Felicinda se quejó de que en el hospital en Pueblo Rico no la dejen acompañarla porque justo ahora es cuando la menor necesita compañía y que no para de llorar.

Pulzo.