El consenso mundial señala que es necesario adelantar un proceso temprano de rehabilitación física y cognitiva y no esperar a que el paciente haya retornado a casa, sino hacerlo desde que está en la unidad de cuidados intensivos (UCI), ya que eso disminuye el impacto de las secuelas.
Algunas de las secuelas son menos resistencia a la fatiga, debilidad muscular y cardiopulmonar, nublamiento mental y pérdida de habilidades sociales.
Al respecto, el fisioterapeuta Wilder Villamil, experta en cuidado crítico y profesora de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que las secuelas van de la mano con la severidad de la enfermedad y la atención médica que se necesitó, y no se pueden generalizar en alguien que estuvo en UCI o quien sobrellevó la enfermedad en casa.
“Se ha documentado que en general las secuelas de COVID-19 afectan el rendimiento físico, es decir que la tolerancia a la fatiga será menor, lo mismo que la capacidad de hacer labores de la vida diaria. A la vez, el sistema musculoesquelético, pulmonar y cardiopulmonar pierde algo de funcionamiento”, dijo el docente durante una charla de “Es tiempo de sumar”, iniciativa de la Facultad de Medicina de la UNAL y Unimedios.
Por su parte el doctor Jairo Pérez, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Nacional de Colombia (HUN), indica que una persona que desarrolla neumonía o inflamación de los pulmones tiene alta probabilidad de tener secuelas respiratorias como depender de oxígeno en el largo plazo, incluso en personas que no fueron hospitalizadas.
También han aparecido reportes que muestran que entre el 10 y 30 % de las personas con COVID-19 que han estado en UCI podrían presentar pérdidas cognitivas y de la memoria, y alteración de la concentración, lo cual se asocia con aspectos como la sedación y la ventilación mecánica.
Esto se conoce como “niebla cerebral”, que es la suma de múltiples aspectos como la enfermedad o la estadía en hospitales. En el aspecto sensorial también se ha registrado pérdida del olfato y el gusto, pero aún está en estudio.
“El tiempo de recuperación de las personas que han tenido COVID-19 suele ser de 15 días después de salir positivo en la prueba, que es cuando ya no se contagia el virus y se considera recuperado”, comenta el doctor Pérez.
Sin embargo advierte que eso dependerá mucho de la severidad de los síntomas, ya que incluso cuando son leves, la persona puede dar positivo a una prueba hasta 18 días después de infectarse, mientras que alguien que ingresó a una UCI o tuvo ventilación mecánica puede dar prueba positiva hasta 24 días después de la infección.
“Algunas investigaciones han mostrado que hasta después de 60 días de la infección el paciente puede arrojar un resultado positivo, pero eso no quiere decir que en ese momento el virus aun esté contagiando a otras personas, la clave es el inicio y desaparición de los síntomas”, explica el doctor Pérez.
“El 12 de marzo de 2021 se estipuló un consenso colombiano para el tratamiento de la COVID-19, en el cual aparece la necesidad de la atención temprana, y por ahora está en investigación para saber las mejores estrategias, tiempos, cargas, intensidades ideales que incluirían ejercicio físico, terapia ocupacional, fonoaudiología y nutrición, entre otras”, dice el fisioterapeuta Villamil.
La UNAL es líder en ese proceso de rehabilitación y desde la Facultad de Medicina se creó el programa Renace, que reúne a múltiples profesionales de la salud para pacientes hospitalizados o ya en casa que han superado la COVID-19.
“Las secuelas no son solo físicas, por lo que también se deben tratar de forma temprana los aspectos sociales, familiares y personales para que progresivamente la persona retome su vida, su funcionalidad, sea más activo físicamente, recupere su memoria y facultades cognitivas, y participe en ambientes sociales” advierte el profesor Villamil.
“No se deben minimizar las secuelas, sino acudir a los profesionales idóneos para presentar la rehabilitación temprana y personalizada con cada caso, según las necesidades de las personas y no limitarse a que con la desaparición de los síntomas típicos termina la supervisión médica”, finaliza el fisioterapeuta.
(Información y foto Agencia de Noticias U.N.)
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