El parecido de Robert Powell con la imagen de Cristo y el éxito de la serie que se estrenó hace 40 años y se repite cada Semana Santa, acabaron con su carrera
Por: Las2orillas
Para encarnar a Jesús, Powell vivió un verdadero viacrucis. Con una estricta dieta de avellanas y agua, bajó cinco kilos en 22 días para llegar al peso ideal que exigía su personaje. No conforme con esto el productor , Sir Lew Grade, de férreas y ortodoxas creencias cristianas, lo obligó a casarse con la actriz Barbara Lord, con quien vivía en unión libre desde hacía tres años. El rodaje se retrasó 5 días mientras Lord llegaba a Túnez, escenario de la miniserie, y organizaban una boda relámpago.
A los 33 años, y con el éxito arrollador de la miniserie, Robert Powell creía que iba a estar listo para el éxito. Pero no fue así. Durante dos años tuvo que ir al siquiatra por el síndrome mesiánico que había adquirido durante el rodaje. Una vez se recuperó, la fiebre que había despertado su actuación se había apagado. Lo único destacable que hizo después fue interpretar al Doctor Víctor Frankenstein en un modesto éxito de taquilla. Nadie lo contrataba, nadie quería tener en su película al hombre que todos consideraban era Jesucristo.
Ahora, a sus 72 años, Robert Powell se ha alejado de los sets de grabación y se ha concentrado en su intento de escribir novelas. No queda rastro alguno de ningún síndrome mesiánico. De lo único que se arrepentirá fue de haber arruinado su carrera como actor al ser encasillado para siempre en el todopoderoso Hijo de Dios.
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