Los incendios se suceden en Europa. También en Atenas los bomberos luchan contra las llamas, pero el Gobierno, en lugar de invertir masivamente en protección contra incendios y en bomberos, contrata a más policías.
Las llamas iluminan el cielo nocturno de Atenas. Detrás del Partenón, el emblema de la Acrópolis de Atenas de 2.500 años de antigüedad, las llamas dibujan un paisaje de tinte apocalíptico. En realidad, se trataba solo de un pequeño incendio en la localidad de Penteli, al noreste de la capital griega. Pero ese lugar está tan cerca del centro, que el fuego se podía ver desde la ciudad.
Para luchar contra las llamas y mantenerlas alejadas de Atenas, se pusieron en acción tres aviones y 120 helicópteros extintores, otros cinco helicópteros y 485 bomberos, apoyados por el Cuerpo de Bomberos Voluntarios. Para cuando el fuego estuvo bajo control, el mediodía del miércoles, varias casas habían sido destruidas por las llamas. El diario griego Kathimerini informó que al menos 34 personas con problemas respiratorios o quemaduras requirieron atención médica. Un total de alrededor de 40.000 personas se vieron afectadas.
Todos los años hay incendios en Grecia. Pero los ambientalistas han advertido durante mucho tiempo que los incendios son cada vez más frecuentes e intensos debido a las olas de calor prolongadas. Los griegos sienten la diferencia. Los incendios se están acercando cada vez más a sus vidas, como quedó demostrado el año pasado cuando los fuegos alrededor de Atenas se prolongaron durante semanas y destruyeron casas y bosques. Entonces, los medios informaron sobre 51 incendios en 24 horas en todo el país.
Más y más policías ¿a expensas de los bomberos?
Pero el gobierno no parece haber reconocido la gravedad de la situación, o tiene otras prioridades. En lugar de contratar más bomberos, emplea a más policías y sacerdotes pagados por el Estado. Hoy, en Grecia hay 500 policías por cada 100.000 habitantes. El promedio en la Unión Europea es de 300 policías por esa cantidad de ciudadanos. Ya el año pasado, muchos de los afectados criticaron la excesiva presencia de la Policía, mientras los bomberos faltaban por doquier.
En noviembre de 2021 tuvo lugar una escena muy simbólica frente a la Secretaría General de Protección Ciudadana en Atenas. Cientos de bomberos temporarios, que el gobierno seguía aclamando como héroes por su trabajo en el verano, se manifestaron en contra de su despido.
Sacerdotes en lugar de bomberos
«Todos los años pasa lo mismo. Escuchamos que el sistema de protección contra incendios será mejor el año que viene”, critica Tony Rigopoulos, reportero del diario Documento, crítico del gobierno. Desde 2011 se habla de 4.000 bomberos más, que tendrían que ser contratados adicionalmente. Pero solo se crearon 500 puestos de trabajo más en el Servicio de Bomberos.
En lugar de emplear a más bomberos, se concedió la ciudadanía griega al chipriota Christos Stylianides y se lo nombró primer ministro del Clima de Europa, un hombre que anteriormente fue el comisionado de la UE para la Ayuda Humanitaria y Protección en Crisis. Para muchos griegos, el enfoque de su gobierno es un misterio. Por ejemplo, por qué 3.266 nuevos sacerdotes pudieron comenzar su trabajo a expensas del Estado, mientras que los bomberos que se necesitan con urgencia tienen que prescindir de puestos permanentes.
Muchas palabras, pero pocas acciones
El Gobierno del primer ministro Kyriakos Mitsotakis prometió abordar los fracasos del pasado y armarse para la lucha contra los incendios forestales anuales. Una de las críticas sobre lo sucedido el año pasado fue que Atenas activó la Protección Civil Europea demasiado tarde, y que la ayuda que tanto necesitaba llegó, por tanto, demasiado tarde. Los bomberos griegos han estado entrenando junto a colegas de seis países europeos en puntos críticos de Grecia desde principios de julio.
Una buena medida, pero que está lejos de ser suficiente: «Los bomberos deben conocer bien el área en caso de incendios forestales, de lo contrario, prácticamente no hay nada que puedan hacer», dice a DW Stavros Salayiannis, de la brigada de bomberos voluntarios en Vyronas. Ante este panorama, muchos griegos se duermen preguntándose qué deberían llevarse de sus hogares si estos se incendiaran.
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