Germán Cívico entró a La Picota como guerrillero y allí se transformó en Yurani, a quien la guardia golpea por exigir sus derechos.
Por: Iván Gallo / Las2orillas
La decisión le ha salido cara a Yurani: palizas, burlas e insultos le han llovido por parte de los demás internos y sobre todo de guardias del Impec. La última fue hace tres días, el 25 de julio del 2016. Estaba en una de las charlas del programa Delinquir no paga cuando aparecieron los dragoneantes Carrillo y Nelson Reyes, pertenecientes a la Guardia Amarilla, quienes se han convertido en la pesadilla para los 47 trans que sobreviven en La Picota. Estaba en el patio conocido como La mata de maíz cuando Reyes le grito: “¿Qué hace aquí?, eche pal patio señor”. “Yo no soy ningún señor” le respondió Yuranis mientras le daba la espalda. Unos segundos después sintió una llave que la tumbó al piso y luego, con el rabillo del ojo, vio como Carrillo y otros dos dragoneantes bachilleres la cosían a patadas. El dragoneante Ricaurte, creador del programa Delinquir no paga intervino y evitó que la paliza fuera mayor.
Cuando Yurani llego azotada a la enfermería, conocida dentro del penal como Sanidad, se encontró con otro portazo. La enfermera jefe y el medico se negaron a atenderla. El miedo a las represalias de Carrillo fue superior a su obligación profesional. Yuranis regreso a sanar sus heridas a la soledad de su celda.
Pero ella tiene temple de guerrillera. No se puede aminalar porque es la voz de las 45 trans que, como ella luchan para ser tratas como presas y no internos masculinos: busca que las traslade al Buena Pastor a compartir los días de cárcel entre las suyas, las mujeres.