En Llano Grande, un populoso sector de Yopal (Casanare) un mico se volvió jinete por obligación.
Todos los vecinos lo conocen en el sector. Le dicen el Llanero Solitario, porque por obligación debe permanecer todos los días encima del perro, porque sus dueños los tienen unidos con un lazo para que ninguno de los dos se abandonen.
Y ya se volvieron parces, que cuando al mico le da por salir corriendo, obliga a su perro «caballo» a cabalgar por las polvorientas calles del barrio. El perro es amigo de los niños y cuando los ve, se echa al piso para acompañarlos, mientras que el mico los distrae con monerías. Lo malo es que permanecen todo el día atados a una triste realidad. falta la visita de los defensores de animales.
Esta es una historia muy «humana y con sentido social».