Rodolfo Hernández, el exalcalde de Bucaramanga y excandidato presidencial, es reconocido por su estilo franco y popular, y por su lucha contra la corrupción. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada y terminó condenado por lo mismo que más combatió: la corrupción. Aquí les hacemos un recuento de cómo fue todo este embrollo.
De constructor y empresario a Alcalde
Rodolfo Hernández fue electo alcalde de Bucaramanga en 2016 con la promesa de limpiar la casa. Los bumangueses pusieron la esperanza en él: un viejo bonachón y frentero para hablar. “A mí nadie me calla”, solía decir.
Como empresario exitoso, se vendía como el político anti-corrupción, alguien que no estaba manchado por la política tradicional. Durante su ejercicio como alcalde, se hizo notar por sus políticas de austeridad y su carácter polémico. Implementó medidas de austeridad y se destacó por reducir el gasto público y combatir la corrupción a nivel local
Sus principales logros
Como alcalde de Bucaramanga, capital de Santander, Hernández logró reducir significativamente el déficit del municipio y mejorar la infraestructura urbana. Su mano dura la destacó por la modernización del transporte público y la implementación de políticas de transparencia. Su enfoque directo y su lucha contra la corrupción le valieron el apoyo popular, lo que lo llevó a postularse como candidato presidencial en 2022, derrotar a Fico Gutiérrez y llegar a la segunda vuelta para enfrentarse con el actual presidente Gustavo Petro.
Vitalogic “lo jodió”
Pese a su cruzada anticorrupción, en 2016, siendo Alcalde, se vio envuelto en el escándalo de Vitalogic. La Fiscalía lo acusó de haber torcido el proceso de adjudicación de un contrato de gestión de residuos a favor de Vitalogic, una empresa donde su hijo tenía intereses. Las pruebas contra él fueron contundentes: grabaciones, correos y testimonios que mostraban cómo había manipulado el proceso para beneficiar supuestamente a la empresa de su hijo.
Llamado a juicio
El juicio contra Rodolfo Hernández en el ámbito político fue todo un espectáculo. Rodolfo se defendió diciendo que era víctima de una campaña sucia. Pero las pruebas decían lo contrario: reuniones secretas, correos alterados y una serie de movidas para que el contrato cayera en manos de Vitalogic. Finalmente, el juez no tuvo más remedio que declararlo culpable. Fue condenado a cinco años de prisión domiciliaria debido a su edad avanzada y a su delicado estado de salud, pues padece de cáncer terminal
Condenado a cinco años
La sentencia fue un golpe duro para su imagen. El Juez 10 Penal del Circuito de Bucaramanga confirmó la condena a 64 meses por el delito de interés indebido de contratos.
Aunque el juez decidió darle prisión domiciliaria, la mancha en su reputación es imborrable. Hernández tendrá que cumplir su condena en su residencia, donde podrá seguir recibiendo el tratamiento médico necesario para su enfermedad, un cáncer terminal, el cual el mismo lo reveló durante una de las audiencias del juicio.
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