21 de diciembre de 2024 - 10:57 AM
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Germán o Yurani : la travesti de las Farc

Germán Cívico entró a La Picota como guerrillero y allí se transformó en Yurani, a quien la guardia golpea por exigir sus derechos.

 

Por:  / Las2orillas

German Cívico se hizo guerrillero en el Caquetá cuando tenía 17 años. Entró a formar parte de la columna Teófilo Forero en 1998 meses antes de iniciarse el proceso de paz del Caguán en el gobierno Pastrana. En el 2001, después de un enfrentamiento con el ejército, Cívico fue detenido y terminó en la cárcel de La Picota de Bogotá. Estuvo preso por rebelión durante dos años pero fue detenido nuevamente un año después, en el 2004. Desde entonces está en La Picota. El suyo es el Patio 4 donde se encuentran los prisioneros de las Farc. Su obsesión por ser mujer pudo más que todo. En medio de los duros guerreros de las Farc German se transformó en Yurani. En sus 12 años de encierro se las arregló para conseguir hormonas y su transformación se competó en el 2014.

La decisión le ha salido cara a Yurani: palizas, burlas e insultos le han llovido por parte de los demás internos y sobre todo de guardias del Impec.  La última fue hace tres días, el 25 de julio del 2016. Estaba en una de las charlas del programa Delinquir no paga cuando aparecieron los dragoneantes Carrillo y Nelson Reyes, pertenecientes a la Guardia Amarilla, quienes se han convertido en la pesadilla para los 47 trans que sobreviven en La Picota. Estaba en el patio conocido como La mata de maíz cuando Reyes le grito: “¿Qué hace aquí?, eche pal patio señor”.  “Yo no soy ningún señor” le respondió Yuranis mientras le daba la espalda. Unos segundos después sintió una llave que la tumbó al piso y luego, con el rabillo del ojo, vio como Carrillo y otros dos dragoneantes bachilleres la cosían a patadas. El dragoneante Ricaurte, creador del programa Delinquir no paga intervino y evitó que la paliza fuera mayor.

Cuando Yurani llego azotada a la enfermería, conocida dentro del penal como Sanidad, se encontró con otro portazo. La enfermera jefe y el medico se negaron a atenderla. El miedo a las represalias de Carrillo fue superior a su obligación profesional. Yuranis regreso a sanar sus heridas a la soledad de su celda.

Pero ella tiene temple de guerrillera. No se puede aminalar porque es la voz de las 45 trans que, como ella luchan para ser tratas como presas y no internos masculinos: busca que las traslade al Buena Pastor a compartir los días de cárcel entre las suyas, las mujeres.

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Redacción Chivas

Periodista, Director de www.laschivasdelllano.com y www.laschivasdecolombia.com