El Presidente insta a comunidad internacional a replantear lucha contra las drogas
Junto con México y Guatemala, países fuertemente afectados por la siembra de cultivos ilícitos, Colombia decidió emprender desde hace algunos años un llamado a la comunidad internacional para replantear la lucha contra las drogas. Por eso, en abril de este año, en la sesión extraordinaria que convocó la Asamblea General de la ONU el enfoque central tuvo que ver con la lucha contra las drogas. En esa ocasión, las más de 190 nacionalidades reconocieron ante el mundo que la lucha contra las drogas no se había ganado y que, por esa misma razón, era necesario replantear el enfoque se le estaba dando a la problemática.
Precisamente, ese fue el mensaje que hoy, mientras recibía el premio Nobel de Paz de manos del Comité Noruego, llevó el presidente Juan Manuel Santos a la comunidad internacional, al recordar que el acuerdo de paz firmado con las Farc plantea el firme compromiso de que esa guerrilla contribuya a la descontaminación de campos sembrados con coca. “Tenemos autoridad moral para afirmar que, luego de décadas de lucha contra el narcotráfico, el mundo no ha logrado controlar este flagelo que alimenta la violencia y la corrupción”, señaló el jefe de Estado.
Y es que la preocupación no es menor. Los informes entregados por la Casa Blanca y por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito dan cuenta de un evidente aumento de hectáreas sembradas con drogas ilícitas en los últimos años lo que, de paso, demuestra un inocultable fracaso de las políticas que se han ejecutado contra el fenómeno. Tanto así, que diferentes voces han cuestionado el Plan Colombia, estrategia que comenzó con el gobierno de Andrés Pastrana, apoyado por Estados Unidos.
De hecho, desde Oslo (Noruega), el presidente Santos reconoció que Colombia ha sido el país que más muertos y más sacrificios ha puesto en esta guerra, sin desconocer que “el narcotráfico es un problema global y requiere una solución global que parta de una realidad inocultable: la Guerra contra las Drogas no se ha ganado, ni se está ganando”. Y bajo esta premisa, el primer mandatario puso sobre la mesa las primeras medidas que adoptaría el gobierno para modificar el enfoque. Por ejemplo, el ‘sinsentido’ que, según Santos, representa el hecho de encarcelar a un campesino que siembra marihuana, “cuando hoy es legal producirla y consumirla en 8 estados de los Estados Unidos”.
En últimas, la convicción de hacer prevalecer los derechos humanos y darle un enfoque diferencial a la problemática es la que defendió el jefe de Estado. De hecho, previamente ha venido hablando sobre la pena de muerte que en países como China se sigue aplicando para quienes cometan delitos relacionados con tráfico de estupefacientes. “Muchos Estados del mundo –incluido Colombia– no contemplan la pena de muerte en ningún caso, y debe llegarse, a una moratoria en su aplicación a delitos relacionados con drogas, mientras se alcanza un consenso para su eliminación”, fue lo que en dijo Santos ante la ONU en abril de este año.
Lo que espera el presidente Santos es que la comunidad internacional acoja su llamado para lograr un consenso internacional y se defina, en primer lugar, que el consumo de drogas es un problema de salud pública que no amerita un tratamiento criminal ni punitivo.