Luego de valorar los elementos y argumentos presentados por una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, la juez 18 Penal de Conocimiento de Bogotá condenó a 17 años y 4 meses de prisión para Néstor Julio Rodríguez Rúa, quien como patrullero disparó la granada de gas lacrimógeno que ocasionó la muerte de un menor de edad, durante las movilizaciones del Primero de Mayo de 2005, en el centro de la ciudad.
La funcionaria judicial declaró al uniformado responsable del delito de homicidio en la modalidad de dolo eventual y ordenó su captura para que cumpla la condena en centro carcelario.
Adicionalmente, le impuso una inhabilidad para el ejercicio de funciones públicas por el mismo tiempo de la pena.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, el entonces patrullero adscrito al Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) accionó un arma conocida como gaseador o truflay sin orden previa de sus superiores.
Asimismo, los peritajes de balística y los dictámenes médico-forenses evidenciaron que desconoció los protocolos de uso dispuestos para este tipo de artefactos, y lo disparó de forma lineal y directa contra multitud.
Una de las granadas alcanzó a un joven, de 15 años, quien con otras personas acompañaba la jornada en la carrera séptima con calle 18. La víctima murió cinco días después del hecho, producto del trauma craneoencefálico que le ocasionó el disparo.
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