
Ahora vamos es a la Asamblea Constituyente que haga realidad el poder popular en Colombia: presidente Gustavo Petro
La Dorada (Caldas), 18 de septiembre de 2025.
En la entrega de 18.000 hectáreas de tierra a campesinos del Magdalena Medio, el presidente Gustavo Petro anunció que su plan político para 2026 será convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Con esta idea, descartó definitivamente la consulta popular que en el pasado había planteado como mecanismo de respaldo ciudadano a sus reformas.
“Nos quieren poner conejo en la reforma a la salud, en la pensional, nada que nada. Entonces, poder constituyente, no hay otro camino. Es la nueva fase de la lucha popular”, afirmó.
¿Qué es una Asamblea Nacional Constituyente?
La Constituyente es el máximo mecanismo de participación democrática en Colombia. Se trata de una asamblea elegida por voto popular, con el poder de redactar, reformar o ajustar la Constitución. La última que vivió el país fue en 1991, cuando se expidió la actual Carta Política, reconocida por haber ampliado derechos fundamentales, consolidado la descentralización, creado la Corte Constitucional y reforzado el Estado Social de Derecho.
Sin embargo, Petro insiste en que ese espíritu quedó “incompleto” porque —según sus palabras— fue “traicionado por la gobernanza paramilitar” que terminó dejando una estela de violencia y 200.000 asesinados en las décadas siguientes.
¿Qué diferencia hay con la consulta popular?
Una consulta popular es un mecanismo más limitado: los ciudadanos responden “sí” o “no” a una pregunta planteada por el Gobierno o las autoridades locales. Petro había contemplado esta opción para destrabar la reforma a la salud y la pensional, pero ahora considera que no basta con una votación, sino que se requiere un poder constituyente amplio que garantice la transformación estructural del Estado.
“Ahora es el Estado social de derecho en la práctica, en el presupuesto, en las obras y en la realidad viva del país. Y eso lo garantizamos convocando al pueblo. Ya no es una consulta popular”, subrayó.
El debate abierto
El anuncio reabre la discusión sobre si es viable y conveniente convocar una Constituyente en 2026. Para algunos sectores, esto podría ser un riesgo de inestabilidad institucional, mientras que para los simpatizantes del presidente sería la única manera de consolidar reformas sociales que no han logrado avanzar en el Congreso.
Petro propone que en las elecciones legislativas de 2026 se incluya una papeleta para que los ciudadanos decidan si quieren o no la Constituyente. Con ello, la decisión quedaría en manos del voto popular, bajo los mecanismos que ya contempla la Constitución de 1991.
La apuesta no es menor: si el país acepta, la Constituyente podría convertirse en el escenario más decisivo de la política colombiana en las próximas décadas.