
En lo profundo del municipio de Támara, donde el viento lleva mensajes antiguos y las montañas protegen saberes milenarios, se vivió una jornada de salud que fue mucho más que una campaña médica. Fue un acto de encuentro, respeto y reconocimiento.
Red Salud Casanare lideró el despliegue interinstitucional que llevó atención médica integral al resguardo indígena Chaparral Barronegro. Allí, en medio de un territorio históricamente marginado, se prestaron más de 130 servicios con un enfoque intercultural que abrazó tanto la ciencia médica como la sabiduría ancestral.
La comunidad recibió con dignidad y gratitud 135 atenciones en áreas como medicina general, odontología, nutrición, psicología, enfermería, vacunación y toma de muestras de laboratorio. Pero más allá de los números, lo que se vivió fue una experiencia de respeto por los usos y costumbres del pueblo indígena, en un entorno de diálogo y comprensión mutua.
El equipo de Atención Primaria en Salud (APS), junto al Centro de Salud de Támara, el Plan de Intervenciones Colectivas (PIC) municipal, la Alcaldía de Támara, las EAPB, el servicio de farmacia y la Gobernación de Casanare, hicieron posible esta jornada, demostrando que cuando las instituciones se articulan con propósito, los resultados tocan el alma del territorio.
Capacitados para brindar atención humanizada, los profesionales de salud no solo ofrecieron tratamientos, sino que escucharon, aprendieron y compartieron con quienes muchas veces han estado al margen del sistema.
Esta jornada no solo curó dolencias. También cerró brechas. Fue parte de la estrategia del Gobierno de las Oportunidades para garantizar el acceso real, digno y diferencial a la salud, especialmente en zonas rurales e indígenas.
Y fue allí, en Chaparral Barronegro, donde la salud se volvió puente entre mundos, sanación para el cuerpo y el espíritu, y promesa de un Estado que camina —por fin— al paso de su gente.