
De acuerdo con las autoridades, todos los pequeños rescatados, de los cuales algunos ya fueron puestos a disposición del Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF), estaban en condición de abandono, con muestras de maltrato físico y desnutrición.
Uno de los casos que más repudio generó fue el de una pequeña que se encontraba en un pequeño cuarto lleno de orines y hasta drogas.
Una uniformada le pregunta cómo y con quién está. En medio de su inocencia, la menor primero responde que tiene una bicicleta allí y luego dice que tiene “mucha hambre”.
En esos rescates llevados a cabo por la Policía de Bogotá también se halló a un bebé con pañales que “llevaban horas sin cambiar”.
Las denuncias de los habitantes de 4 localidades de la capital fueron clave para dar con el paradero de estos menores abandonados.