SAO PAULO (BRASIL)
El crimen de Daniel Correa Freitas, exfutbolista del club San Pablo que el pasado sábado apareció asesinado y mutilado en un matorral de San José de Pinhais, en el estado de Paraná, sigue conmoviendo a Brasil. Ahora se conocieron los últimos mensajes que mediante WhatsApp el futbolista le escribió a uno de sus mejores amigos, contándole intimidades de los momentos previos a lo que sería su muerte.
«Me voy a comer a la madre de la cumpleañera», escribió el jugador en uno de sus últimos mensajes, ante la respuesta incrédula de su amigo. «Ya me la comí», envió minutos más tarde.
El crimen de Correa Freitas, mediocampista, de 24 años, se produjo el sábado 27 de octubre cuando el jugador se encontraba en una habitación del domicilio de Edison Brittes Junior, empresario, de 38 años, junto a la esposa del dueño de casa. El deportista había ido a esa casa invitado por la hija de Brittes, Allana, que ese día festejaba su cumpleaños número 18.
Todo ocurrió cuando el empresario ingresó a su habitación y encontró al futbolista junto a su esposa. Entonces, el dueño de casa, habría golpeado al futbolista para después llevárselo a un lugar en las afueras, donde lo habría asesinado, cortándole el cuello y mutilando sus genitales, según informaron los medios brasileños. Aparentemente, el sospechoso fue ayudado por sus amigos en la realización del crimen.
Según el testimonio del sindicado como asesino, él actuó en contra del futbolista para defender a su esposa, que estaría siendo violada por Correa. «Yo derrumbé la puerta de mi cuarto y cuando la abro, él estaba encima de mi esposa y ella gritando y pidiendo socorro«, aseguró Brittes Junior, quien actualmente se encuentra detenido, al igual que su esposa y su hija.
La conversación de WhatsAppAhora salió a la luz una conversación que el mediocampista tuvo con un amigo por WhatsApp la noche misma del asesinato, según lo consigna el portal local local Tribuna PR. Allí, Correa, que actualmente estaba jugando en el club San Bento de Curitiba, capital del Estado de Paraná, le cuenta a su amigo, a las 8.10 de la mañana: «Voy a dormir aquí. Hay varias mujeres esparcidas (por la casa)». Correa se refiere al domicilio de quien luego sería su asesino. Su amigo parece no entender lo que le dice y le responde: «No entendí nada. Estás borracho, ¿no?».
A continuación, Correa envía otro mensaje: «Me voy a comer a la madre de la cumpleañera. Y su padre está al lado». El mensaje es de las 8.17. La conversación está acompañada de fotos del jugador con la esposa de Brittes aparentemente dormida, y en las líneas de diálogo una seguidilla de letras «k», que es como se manifiesta la risa en el lenguaje portugués de las redes sociales.
Su amigo trata de advertirle en la misma conversación: «(el dueño de casa) Te va a hacer m… Ahí no». Y luego: «Va a llegar y te va a llenar de golpes».
8.34 vuelve a llegar un mensaje del futbolista luego de varios emojis representando risas: «Me la comí». Y otra vez las risas.
Luego de la conversación llegó el desenlace que conmueve a Brasil: Correa fue encontrado en la habitación, golpeado, trasladado a un lugar aislado, asesinado y mutilado.