
Con el liderazgo del Instituto Departamental de Cultura del Meta y el respaldo del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), Puerto Santander se perfila como la clave para descifrar una parte olvidada del rompecabezas prehispánico y colonial de los Llanos colombianos.
El ICANH subraya la importancia del más reciente descubrimiento: el reporte del hallazgo de bienes arqueológicos en Puerto Santander es una evidencia más del yacimiento que se extiende por las llanuras del río Ariari, revelando información crucial sobre las sociedades prehispánicas que habitaron el sur del Meta.
La investigación también aporta nuevos elementos para desmentir que en el Meta solo habitaron las comunidades Guayupe.
Juan David Acosta, arqueólogo que ha acompañado el proyecto, enfatiza la necesidad de matizar esa generalización heredada de las crónicas coloniales:
“El término ‘Guayupe’ fue impuesto por los españoles, pero esta región pudo haber sido el hogar de múltiples comunidades indígenas con identidades y prácticas culturales distintas”.
“Todos estos nuevos datos abren la posibilidad de conocer de forma más detallada qué otras posibles comunidades prehispánicas se relacionaron con estas llanuras del norte de Suramérica”, agregó el ICANH.
Este hallazgo genera interrogantes aún sin respuesta:
¿Fue elaborada localmente?, ¿o llegó al Meta a través de redes de intercambio colonial?
Lo cierto es que su existencia abre nuevas líneas de investigación en una región donde no se tenían registros de orfebrería, ni minería histórica.
Los restos recuperados han permitido ahondar en los rituales funerarios de las comunidades indígenas.
El ICANH señala que estas prácticas sugieren una continuidad de los ritos prehispánicos incluso tras la llegada de los europeos:
“Para esa época se continuaron practicando rituales funerarios como la cremación y el depósito de restos en piezas cerámicas decoradas, propias de tradiciones anteriores al contacto europeo”.
La reciente investigación marca un hito: por primera vez se recuperan elementos que datan del periodo colonial, entre ellos, una cuenta con una composición de oro (38%), plata (29%) y cobre (18%), analizada mediante Difracción de Rayos X (DRX) por el grupo de Estado Sólido de la Universidad de Antioquia.
Estas piezas se ubican entre los siglos XV y XVII, cuando comenzaron las interacciones entre pueblos indígenas y europeos.
Para determinar la antigüedad y composición de los materiales hallados se realizaron estudios de Carbono-14 (C-14), Fluorescencia de Rayos X (FRX) y Difracción de Rayos X (DRX).
También se efectuó un análisis bioantropológico por el arqueólogo Luis Fernando Suescún, para establecer la cantidad de individuos presentes en el hallazgo, su rango de edad y el estado de conservación de los restos óseos.
Estas investigaciones de laboratorio fueron logradas por primera vez dentro de una investigación académica en el departamento, fuera de un programa de arqueología preventiva, gracias a un estímulo económico del Instituto Departamental de Cultura del Meta.
Los análisis arrojaron hipótesis impactantes:
- Posible muerte simultánea e infanticidio,
- Cremación de un adulto junto a restos humanos previos,
- o la cremación de un “subadulto” en circunstancias similares.
¿Qué revelan estos hallazgos sobre los rituales mortuorios infantiles en estas comunidades indígenas?
El hallazgo ha impulsado al Instituto Departamental de Cultura del Meta a diseñar un Plan de Manejo Arqueológico para Puerto Santander, con el objetivo de:
- Proteger el patrimonio ante futuras intervenciones o encuentros fortuitos,
- Promover investigaciones futuras,
- y generar oportunidades de turismo cultural que beneficien a la comunidad local, como ya ocurre con el Museo Guayupe.
Los vestigios recuperados en Puerto Santander no solo reafirman la riqueza arqueológica del Meta, sino que también abren un abanico de nuevas preguntas:
¿Qué otras culturas permanecen aún ocultas bajo la tierra?
¿Qué información sobre el intercambio prehispánico y colonial está por descubrirse?
El pasado está más vivo que nunca, y Puerto Santander, al igual que todo el Meta, es el epicentro para que, a través de la arqueología, se continúe descubriendo la historia que se esconde bajo nuestros pies.
Cortesía: Gobernación del Meta
Por: María Paula Rojas Aparicio – Comunicadora Social – Periodista