La región de la Orinoquía tiene claro que Colombia puede convertirse en una potencia agroindustrial, sin comprometer el medio ambiente. Este fue el mensaje central del foro “Futuro verde: perspectiva energética y ganadería sostenible”, organizado por la Federación Nacional de Departamentos (FND) y la Casa Editorial El Tiempo. En el evento, la gobernadora del Meta, Rafaela Cortés, destacó que «esta es una región de 15,5 millones de hectáreas que se pueden poner a producir sin tumbar un solo árbol», subrayando las grandes oportunidades que ofrece la región.
El foro reveló casos exitosos de ganadería sostenible y la producción de biocombustibles como etanol y biodiésel, derivados de la caña de azúcar y la palma de aceite, que demuestran que es posible avanzar en la producción sin dañar el entorno natural.
Didier Tavera, director ejecutivo de la FND, aseguró que la región requiere un “impulso agropecuario decidido”. En cuanto a la ganadería, explicó que, con prácticas adecuadas como forrajes y cercas vivas, se podría reducir hasta un 30 % de los gases de efecto invernadero, contribuyendo a la reforestación. Destacó, además, que Colombia tiene un gran potencial para expandir su hato ganadero, que actualmente es el duodécimo más grande del mundo, con 29 millones de cabezas. “El gran reto es mejorar la productividad del suelo y aumentar la cantidad de cabezas por hectárea, sin ampliar el área”, añadió Tavera.
Respecto a los biocombustibles, Tavera resaltó que hay espacio para duplicar las 600.000 hectáreas actuales dedicadas a la producción de biodiésel, sin afectar la selva y favoreciendo la creación de capa vegetal. Subrayó que las iniciativas actuales deben ser reconocidas por su responsabilidad social, y abogó por cambiar la narrativa que asocia a los ganaderos y palmeros con la destrucción ambiental. “Debemos pasar de la estigmatización a la cultura de la educación y las oportunidades”, concluyó.
Retos para una Colombia Agroindustrial Sostenible
El foro también abordó los principales desafíos para consolidar a Colombia como un país agroindustrial sostenible. El gobernador del Caquetá, Luis Francisco Ruiz, mencionó el esfuerzo de los ganaderos locales para adoptar prácticas más sostenibles, como el mejoramiento genético y el uso de cultivos silvopastoriles. En tanto, Alexis Duarte, secretario de Desarrollo Económico de Casanare, destacó la importancia de una política agropecuaria clara, un mejor aprovechamiento de la tecnología y la integración de los jóvenes en el sector agropecuario.
Mariángela Ramírez, especialista senior en Agricultura del Banco Mundial, recordó que, aunque Colombia lleva más de 30 años con conocimientos en ganadería sostenible, su adopción sigue siendo limitada. Destacó la necesidad de una mayor colaboración entre actores públicos y privados para una adopción más amplia de estas prácticas.
Javier Rodríguez, coordinador del Proyecto Biocarbono Orinoquia, enfatizó la necesidad de adaptar la política de ganadería sostenible a las particularidades regionales, entendiendo las diferencias de paisaje y tamaño de los predios. Por último, Camilo Manrique, CEO de la Hacienda Corozito, resaltó que la seguridad jurídica y física es fundamental para atraer inversión al sector agroindustrial, y cuestionó si las universidades están formando los profesionales adecuados para liderar el sector agropecuario.
En conclusión, el camino hacia una Colombia agroindustrial y sostenible depende de la integración de prácticas innovadoras, el fortalecimiento del sector agropecuario y el compromiso de las comunidades con el cuidado del medio ambiente.