El aire fresco de la mañana y el bullicio de los estudiantes llenan los patios de las escuelas de Boyacá. Este regreso a clases no es solo el comienzo de un nuevo ciclo académico, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de garantizar un entorno seguro y lleno de oportunidades para los niños y adolescentes del departamento. Bajo el liderazgo del gobernador encargado, Germán Aranguren, el gabinete departamental recorre 16 municipios, llevando un mensaje claro de esperanza, pero también de protección.
En cada uno de los colegios visitados, desde Oicatá hasta Samacá, el mensaje es el mismo: «Este es el año de cumplir tus sueños, pero debemos hacerlo cuidando y protegiendo a nuestros niños, niñas y adolescentes». Las palabras del gobernador encargado resuenan con fuerza, no solo en las aulas, sino en cada rincón de las comunidades donde la violencia y los riesgos son realidades constantes.
Aranguren, con la mirada firme, recuerda a los estudiantes que el regreso a clases es una oportunidad para aprender y crecer, pero también un momento para reforzar el compromiso de toda la sociedad en la protección de sus derechos. «Estamos aquí para enviar un mensaje contundente de rechazo a la violencia y de defensa de la vida», afirma, un mensaje que cobra mayor relevancia en el contexto del reciente caso de Sara Michell en Sogamoso, un hecho que ha conmovido a Boyacá y al país entero.
El gobernador (e) no duda en señalar que este tipo de tragedias no deben repetirse. En su discurso, hace un llamado directo a las familias, a los educadores y a todos los miembros de la comunidad para que se unan en la tarea de proteger a los más vulnerables. «En Boyacá, la vida es sagrada», enfatiza, mientras subraya la política de Cero Impunidad, que asegura la captura y judicialización de cualquier persona que atente contra la integridad de los menores.
La visita no solo es un acto protocolario; es una invitación a todos los actores de la sociedad a reflexionar sobre su responsabilidad en la creación de un entorno seguro para la infancia. Los niños y niñas son los principales destinatarios de este llamado, a quienes se les invita a alzar la voz ante cualquier tipo de abuso o maltrato. «Denuncien, no tengan miedo», les dice el gobernador, asegurándoles que el gobierno está comprometido a garantizar su bienestar.
Con la fuerza de un gobierno que se muestra cercano a su gente, el regreso a clases en Boyacá se convierte en un símbolo de esperanza, pero también de lucha por la protección y el respeto de los derechos de todos los niños y adolescentes. En este nuevo ciclo escolar, el compromiso de las autoridades y la comunidad es claro: en Boyacá, la niñez está por encima de todo.