
Miguel Uribe: Foto redes sociales
Mientras el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay continúa internado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Santa Fe de Bogotá, tras el atentado que sufrió el pasado 7 de junio, este 25 de junio comenzó a circular en redes sociales una demanda que busca retirarle su investidura como congresista.
La acción fue presentada por Carlos Alberto Sánchez Grass, a nombre de la Confederación Unión de Trabajadores de Colombia y del Sindicato de Servidores Públicos del Ministerio de Defensa, Fuerzas Militares y Policía. Aunque fue radicada días atrás, se conoció públicamente este martes, causando una fuerte ola de indignación por la gravedad del momento en que sale a la luz.
Según el documento, Miguel Uribe habría incurrido en actos de proselitismo político y precampaña el mismo día del atentado, aprovechando —según el demandante— su posición como senador para obtener ventajas políticas. Incluso, el texto llega a afirmar que la supuesta imprudencia del congresista derivó en el ataque que casi le cuesta la vida.
“Su acto de imprudencia generó consecuencias de ataque a su propia humanidad, pero eso no lo exime de su responsabilidad”, señala la demanda.
“No mitiga su responsabilidad”
En uno de los apartados más polémicos, el documento asegura que el riesgo a su integridad “no mitiga su responsabilidad ni lo exonera”, y que el orden jurídico no tolera “el abuso de poder desde una curul congresional”.
El demandante sostiene que fotografías y videos del 7 de junio demostrarían que Uribe realizó actos políticos en ejercicio de su cargo, lo cual estaría prohibido por el artículo 183 de la Constitución.
Además, cita normas que prohíben a los servidores públicos participar en actividades partidistas mientras ejercen funciones, advirtiendo que usar el cargo para favorecer intereses propios es una falta gravísima.
La solicitud de pérdida de investidura fue interpuesta contra la Nación, el Congreso de la República y el senador Miguel Uribe Turbay.
¿Y la salud del senador?
El último parte médico, emitido el 24 de junio por la Fundación Santa Fe, indica que Miguel Uribe sigue en estado grave, aunque ha entrado en una fase subaguda. Su pronóstico neurológico sigue siendo reservado.
La demanda se conoce en medio del silencio de los órganos oficiales. Aún no hay pronunciamiento del Congreso ni de la bancada del senador. Sin embargo, el momento en que se hace pública —cuando Uribe todavía lucha por su vida— ha desatado todo tipo de reacciones, desde el rechazo hasta el asombro.