La pesadilla de Ingrid mientras intentaba ingresar a México comenzó cuando titubeó para responder cuánto dinero ingresaría al país para su viaje de 25 días. Viajaba con su esposo y su hijo y a los tres los enviaron al cuarto especial del Aeropuerto Internacional Benito Juárez para revisar su situación.
“Desde ahí, no hubo poder humano que los convenciera de que íbamos a entrar a México por razones turísticas. Todo el tiempo nos trataron como criminales, y hubo gente a la que le fue peor”, contó la mujer.
En un cuarto pequeño y hacinado, los turistas que están en proceso de inadmisión son obligados a separarse de sus familias y a entregar todos los objetos de sus bolsillos.
Sin entender lo que está ocurriendo, los viajeros se despojan de sus celulares, pasaportes y hasta de los cordones de los zapatos. “Depende de cuánto tiempo pase ahí, pero muchos pueden durar hasta 14 horas sin comer nada y sin que les expliquen dónde están los otros que viajaron con ellos”, cuenta Ingrid.
Cómo ella, Migración Colombia estima que 21.829 colombianos han sido inadmitidos en ese país en lo que va del año, lo que representa un aumento del 225% comparado con 2021 y del 656% si se coteja con 2018, cuando apenas fueron inadmitidos 3.327 en todo el año.
Pero ese despojo de los objetos personales es apenas el inicio de todo lo demás que han denunciado colombianos, venezolanos y peruanos en la misma situación. Los señalamientos van desde días enteros encerrados en esos “cuartos de rechazo” hasta golpizas, racismo, insultos y violación de derechos humanos por parte de los agentes de migración.
El problema es tal, que el gobierno del presidente Gustavo Petro tuvo que solicitar una mesa de trabajo con México para evaluar la cantidad de inadmitidos –que ya es la mayor que ha ocurrido entre las dos naciones– y las presuntas violaciones a derechos como la información clara y oportuna, el buen trato y la alimentación.
Ese encuentro, que se dará entre miembros de la cancillería de ambas naciones, está programado para el próximo 24 de octubre y pretende llegar a consensos para disminuir el número de inadmitidos y fijar unas líneas rojas sobre el trato que recibirán quienes definitivamente sean devueltos a Colombia.
Ese último punto, que es el regreso, también es el que implica que decenas de colombianos tengan que permanecer en esas habitaciones hasta por 4 días, pues son las aerolíneas las encargadas de encontrar cupo y pagar el vuelo de regreso.
Ya en el vuelo de regreso, la situación también es lamentable. Ese diario constató como en un solo vuelo comercial viajan alrededor de 40 inadmitidos. Todos ellos eran vigilados por la tripulación y tratados como “pasajeros especiales”. Entran de últimos al avión y se bajan de primeros. Estando a punto de aterrizar, son llamados para entregarles los celulares y para explicarles cómo reclamar el pasaporte.
El rechazo a los migrantes
De fondo, las autoridades mexicanas buscan un solo fin: inadmitir a todo aquel que sea sospechoso de intentar cruzar la frontera con los Estados Unidos persiguiendo el llamado “sueño americano”.
De hecho, la mayoría de quienes son enviados al “cuarto de rechazo” tienen problemas para argumentar su ingreso a México y su permanencia de manera legal. “Aquí lo que evaluamos es que los turistas sepan sustentar dónde se van a quedar, cuánto tiempo, con qué recursos y para qué objetivo.
Cualquier documento que ayude a verificar esa información ayuda a que sea más ágil el proceso, pero muchos llegan sin saber responder a nada y presentan contradicciones que deben ser estudiadas por agentes de mayor rango”, dijo uno de los funcionarios de Migración México cuando fue consultado por este diario.
Es por eso que quienes lleguen con reservas de hotel, tiquetes de ida y regreso, dinero suficiente e itinerarios no deberían tener problemas para ingresar, pero a veces ni eso completo ayuda.
Cuenta la caleña Lina Arroyave que pese a presentar todos esos documentos fue enviada de vuelta a Colombia sin ninguna explicación. “Por lo que sentí, creo que me expulsaron por prejuicios. No soy una mujer de lujos y tengo varios tatuajes. Mi pareja también. Creo que pensaron que íbamos para Estados Unidos y simplemente decidieron devolvernos”, dice.
Aunque ninguno de los dos gobierno lo ha afirmado de manera oficial, se cree que esa cantidad de personas devueltas también buscan presionar a Petro para que acceda a recibir todos los migrantes colombianos que son capturados en Estados Unidos y deportados. Solo en los primeros nueve meses de este año, Migración Colombia había registrado 116.000 arrestos de nacionales que fueron devueltos por ingresar de manera irregular.
Pese a que esa sería la intención de México –y de EE.UU.– el gobierno Petro tiene una concepción bastante diferente de lo que debería ocurrir con los migrantes. Este miércoles, la canciller Laura Gil dijo que no harán nada que “ataque al migrante que es el eslabón más débil de la cadena”.
Mientras tanto, Petro también se refirió al tema de migración desde Turbo, Antioquia, y responsabilizó a EE.UU. de que “el éxodo sea peor”. Según dijo, ese país no quiere a los colombianos que migran y llamó a los migrantes a quedarse en Colombia, una postura similar a la que tuvo el embajador de Joe Biden en Colombia, Francisco Palmieri, quien le pidió a los migrantes no cruzar el tapón del Darién. Según cifras de la Defensoría del Pueblo, solo por esa frontera han cruzado 150.000 personas en lo que va del año.
A propósito de esto último, este miércoles también se conoció que ambas naciones se reunirán el 28 de octubre, en Washington, para discutir la solicitud de eliminar la visa de turista
Fuente: El Colombiano
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