El Área de Narración Oral, Cuentería y Oralidades del Festival Internacional de la Cultura Campesina (FICC) culminó su participación, luego de diez días de programación, con más de 20 narradores procedentes de Boyacá, otras regiones del país y del panorama internacional, tejiendo un repertorio de narrativas poderosas a través de la palabra heredada y las raíces del territorio.
Asimismo, la edición 52 subrayó la descentralización cultural como un pilar fundamental. En Tunja, la actividad se desplegó en diversos puntos, exhibiendo una rica pluralidad de oralidades y estilos: desde relatos de corte académico hasta intervenciones callejeras del colectivo Callecuento, en la Plazoleta San Francisco y la Plaza de Bolívar, además de presentaciones en espacios especializados como el Teatro Café Amero y la Sala C-CREA.
Paralelamente, las funciones de gala, celebradas en el emblemático Auditorio Eduardo Caballero Calderón, congregaron a artistas de gran bagaje como Alekos, Juan Madrigal, Matías Tárraga y Fredy Ayala. Mediante sus puestas en escena, cada uno de los narradores demostró con rigor que la narración no se limita a la escucha pasiva, sino que se constituye en una experiencia que invita a la emotividad y a la interacción entre el público boyacense y visitante.
Sumado al recorrido principal, la relevancia de esta edición se consolidó al expandir el festival a las provincias, en municipios como Paipa, Duitama, Sogamoso, Chiquinquirá, Samacá, Cucaita y Villa de Leyva. En estas localidades, las veladas de cuentería generaron una efusiva respuesta entre los asistentes, especialmente los más pequeños, consolidando cada evento como un punto estratégico de convergencia para la tradición oral.
En este sentido, la clausura oficial del área tuvo lugar en Togüí, materializada en una Tarde de Poesía Costumbrista. Este acto protocolario reunió a los Poetas de Mi Tierra (Boyacá) en un sentido homenaje a la locución campesina, al humor perspicaz y a la identidad boyacense de comunicar con franqueza, pero con profunda resonancia humana. A tal efecto, este cierre trasciende el concepto de un simple adiós; más bien, instituye la percepción de haber establecido un sólido vínculo entre generaciones, diversas formas de expresión oral y relatos escritos que trascienden por medio de lo que se dice.
Para finalizar, el FICC 2025 resaltó que, en Boyacá, cada relato oral encuentra su cadencia particular y, primordialmente, cada presentación asegura un espacio para su plena manifestación ante la realidad. En la esencia de cada historia se percibieron la agudeza del humor, la presencia ineludible de la memoria histórica y la elocuencia de la sencillez inherente a quien narra desde su propia experiencia vital, como un nuevo prisma para la interpretación del mundo.
