Palo, palo, palo, palo bonito palo eh, eh, eh, somos campeones otra vez”. Ese fue uno los cánticos que más se repitió en territorio antioqueño entre la noche del domingo y el amanecer del lunes, de cuenta del título 17 de Atlético Nacional por liga.
Las horas de ansiedad que se vivieron en la antesala del partido, que se encadenaron con la tensión y la comida de uñas que generó este encuentro, se transformaron, al minuto 90’+1 del juego, en júbilo.
El hecho de que el club llevara cinco años sin celebrar un título liguero, pues el más reciente lo había obtenido el 18 de junio de 2017, cuando goleó a Deportivo Cali en el Atanasio Girardot y dio la vuelta olímpica, hizo que le felicidad fuera mayor.
También, ayudó a que la fiesta fuera de grandes proporciones en cada municipio del departamento de Antioquia, en su capital, en diferentes regiones de Colombia y en el Parque de Banderas, sitio adyacente al máximo escenario deportivo de esta ciudad, que sirvió como epicentro para la celebración con las figuras del equipo paisa.
La caravana del campeón
Tras dar la vuelta olímpica en el estadio Manuel Murillo Toro, donde certificó su triunfo en la serie (4-3), al ganar en casa (3-1) y perder en Ibagué (2-1), Hernán Darío Herrera y dirigidos se trasladaron al aeropuerto Perales, desde donde tomaron un vuelo chárter con dirección al José María Córdova, donde arribó cerca de la 1:30 a.m.
En inmediaciones del terminal aéreo eran esperados por una multitud de hinchas, quienes los escoltaron en carros engalanados por banderas hasta Medellín. Las motos, incluidas las de la custodia policial, no pudieron ingresar al túnel de Oriente, por el que sí se movilizó el bus y debieron dar la vuelta por Las Palmas.
El automotor, que durante la mayor parte del recorrido se encontró con hinchas apostados al lado y lado de la vía, ingresó por la avenida 33, tomó la regional por el deprimido, luego San Juan, hasta la 73, por donde se dirigió a la unidad deportiva Atanasio Girardot, en la que una multitud lo esperaba.
Se sumaron a la fiesta
El ingreso al lugar fue apoteósico. René Higuita lideró el descenso del bus, tras el cual los abordaron algunos hinchas para tomarse fotografías, a la par que lloraban. Esta situación fue recurrente y por momentos complicó el trabajo de los medios.
En diálogo con la prensa, Danovis Bangero lamentó que no había podido hablar con la familia tras ganar el título porque se lo llevaron para la prueba antidopaje y luego se le descargó el celular, mientras que Alexander Mejía, orgulloso por un título más con el verde, le dio crédito también a Alejandro Restrepo, quien dirigió al equipo los primeros nueve partidos de la Liga.
Dorlan Pabón dejó a un lado la timidez que muestra cuando tiene un micrófono en frente, hizo las veces de animador y uno a uno llamó a sus compañeros para que hablaran en la tarima. Detrás, Giovanni Moreno incentivó cánticos de alabanza hacia los demás jugadores y el entrenador.
Así, entre flashes, risas y canticos, jugadores, cuerpo técnico, directivos e hinchas extendieron la fiesta hasta aproximadamente las 4:00 de la madrugada del lunes, que por fortuna para los verdolagas, fue día festivo.
Fuente: El Colombiano
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