“El guerrillero es el símbolo de lo revolucionario pero Jaime Garzón es el símbolo de las víctimas del conflicto”.
Por: Christian Manuel Castro Estupiñan
No se puede negar que el Che Guevara es un icono del siglo XX y casi que un rockstar. Tal vez por su humanismo mezclado con tintes discordantes de belicosidad. En mi opinión, el Che Guevara poco representa en el país y no aportó a la sociedad colombiana. Tan solo es un icono para aquellos que creen o que creímos alguna vez en una “revolución o transformación social”. Me parece que sería más representativo colocar en el León de Greiff a un estudiante de la misma Universidad Nacional, que en realidad haya contribuido a este país y que sea figura ejemplar de lo que es perseguir la paz en el país de los imposibles; Jaime Garzón.
Jaime derramó su sangre por su este país y todavía siento vergüenza por ello. Con sus personajes, su humor inquietante y su crítica voraz, Jaime logró marcar un hito en nuestra historia. Más allá de las posibles críticas al gran Jaime, probablemente por cuestiones de extremismo político, Garzón es el verdadero Gran Colombiano, el verdadero. Nos dejó un legado importantísimo, sus discursos están ahí, sus programas y su humor están ahí, sus críticas sin censura ante políticos tradicionales no se irán de Youtube y siempre quedarán como premoniciones de Jaime sobre nuestra golpeada Colombia. Pero hace falta algo que en realidad honre a un hombre que se la jugó toda por este país. Sería muy bonito en este momento de transición hacia la paz y sin duda honraría la memoria de Jaime, verlo en la plaza che o Santander.
Sin duda alguna, el hecho de que borraran al Che abre la posibilidad a un mejor consenso con los estudiantes, puede que en realidad el Che sea el icono más querido por la Nacional, perfecto, pero me parece que eso debería ser decisión de todos los estudiantes de la universidad y no de unos pocos.