
Bogotá, 21 de agosto de 2025 — Tras un Consejo de Seguridad en Cali, el presidente Gustavo Petro descartó la declaración de la conmoción interior, un estado de excepción que muchos esperaban tras los graves atentados en esa ciudad y en Antioquia. La decisión sorprendió a varios sectores, ya que la medida se había planteado como una respuesta contundente a la violencia.
En lugar de recurrir a la conmoción interior, el presidente anunció que su Gobierno utilizará los «instrumentos que ya tenemos» y profundizará «medidas por decreto para reducir aún más la producción de cocaína y dificultar su exportación». Con esto, Petro busca centrar la estrategia en golpear las finanzas de los grupos armados, como el EMC, a los que responsabiliza de los ataques.
¿Por qué se descartó la conmoción interior?
La decisión de no declarar la conmoción interior se basa en la percepción del Gobierno de que las facultades ordinarias de las Fuerzas Militares y la Policía son suficientes para enfrentar la situación. Según Petro, el camino no es restringir las libertades de los ciudadanos, sino atacar las fuentes de financiación de los grupos al margen de la ley.
Las facultades de la conmoción interior
El estado de conmoción interior, regulado por el artículo 213 de la Constitución, le otorga al presidente facultades extraordinarias para enfrentar graves perturbaciones del orden público. De haberse declarado, Petro hubiera podido:
- Restringir libertades: Limitar el derecho de reunión, la libre circulación y la intimidad.
- Dictar decretos con fuerza de ley: Legislar sobre temas de orden público sin pasar por el Congreso.
- Disponer de bienes: Usar bienes privados, si fuera necesario, para el servicio público.
Medidas que sí se implementarán
En su lugar, el Gobierno anunció la implementación de un plan de copamiento, extendiendo la presencia militar en zonas estratégicas de la cordillera Occidental, como Suárez, Buenos Aires y Jamundí, sin debilitar las operaciones en El Micay. El objetivo es acorralar a las estructuras del EMC en estos territorios clave.
Históricamente, la conmoción interior ha sido una medida excepcional en Colombia. Tras la Constitución de 1991, fue declarada por los gobiernos de César Gaviria (1992-1994) para combatir el narcoterrorismo y de Álvaro Uribe Vélez (2002-2004) como parte de su política de seguridad democrática. La decisión de Petro marca un distanciamiento de esta figura, optando por una respuesta diferente para la crisis actual.