
Después de 11 días de angustia, la tarde del domingo fueron liberados los cinco ganaderos de Casanare que se encontraban secuestrados por el ELN en zona rural de Arauca. La entrega se dio a una comisión humanitaria liderada por monseñor Jaime Cristóbal Abril, de la Diócesis de Arauca, con acompañamiento de la Defensoría del Pueblo, la Cruz Roja y organizaciones de derechos humanos.
Los hermanos Betuel, Leonin y Adoran Barrera Sandoval, junto a Emilio Cristancho y Antonio ‘Toño’ Salamanca, retornaron en la noche a sus hogares en el municipio de Paz de Ariporo. La noticia fue confirmada por una sobrina de los Barrera Sandoval, quien agradeció a las entidades que intervinieron. “Ellos ya vienen de regreso. Gracias a Dios están bien”, expresó.
El ELN, en un comunicado, justificó el secuestro argumentando que los ganaderos “iban a llevar finanzas a los mercenarios de ‘Medina’ y ‘Pescado’, del frente 28 de las disidencias de las Farc”. Esta acusación fue desmentida por Jairo Cristancho, hermano de Emilio, quien aseguró que fueron obligados a asistir a una reunión extorsiva que ya venía siendo advertida desde hace dos meses. “Mi hermano y los demás fueron víctimas, no cómplices. Les montaron una trampa”, dijo.
Lo cierto es que este hecho pone de nuevo sobre la mesa la delicada situación de seguridad que enfrentan los productores rurales de Casanare y Arauca. La Defensoría del Pueblo ha registrado 51 secuestros en lo corrido del año en Arauca, lo que evidencia el fortalecimiento de las prácticas extorsivas por parte de grupos armados ilegales.
A pesar del alivio por la liberación, el miedo persiste. Las víctimas han denunciado que el sector ganadero de la región está bajo asedio constante. Extorsiones, llamadas intimidantes y presencia de actores armados han generado un clima de zozobra que amenaza la producción y la vida rural. “Esto no puede quedarse solo en agradecimientos. Se necesita acción, presencia, soluciones reales”, concluyó un familiar de los liberados.