
En un comunicado, el grupo militar calificó el ataque como “legítimo”, afirmando que fue llevado a cabo con armas propias del ELN, específicamente una bandada de tatucos que hicieron detonar.
Puerto Jordán es una base que forma parte de la Octava División del Ejército, integrada en la Fuerza de Tarea Quirón. El comandante de esta base, general Javier Hernando Africano López, ha sido acusado por el ELN de “custodiar y proteger” a Luis Felipe Jiménez Ramírez, quien lidera su propia banda conocida como la Banda del Pescao.
Según medios locales, Jiménez es parte de una facción disidente de la antigua guerrilla y tiene influencia en Arauca, una zona estratégica para el narcotráfico. El ELN señala que ‘Pescao’ y su grupo se encuentran a solo nueve kilómetros de la base atacada.
#ATENCION
COMUNICADO PÚBLICO
«Nuestro accionar contra este plan paramilitar es legítimo, somos una organización con principios políticos, como guerrilla insurgente con más de 60 años de lucha, combate y resistencia».#ELN https://t.co/RtDShKbZqk pic.twitter.com/Al2k3mD1lD— Delegación ELN (@DelegacionEln) September 20, 2024
“Nuestro accionar contra ese plan paramilitar es legítimo”, declaró el grupo militar ilegal, presentándose como “una organización con principios políticos, con más de 60 años de lucha insurgente”. Los heridos como resultado del ataque en Puerto Jordán están siendo atendidos en el Hospital Militar Central de Bogotá y en Yopal, Casanare.
“Denunciamos que el Ejército sigue escalando su plan contrainsurgente en el municipio de Cubará, Boyacá, ya que en varias ocasiones sus patrullas han sido vistas en la comunidad indígena usando brazaletes de los exFARC”, agregó el grupo.
El 17 de septiembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el ‘cierre’ del proceso de diálogo con el ELN, tras el ataque a la base militar de Puerto Jordán. En ese mismo día, el Ejército colombiano atribuyó la posible responsabilidad del ataque a la guerrilla del ELN, que mantiene presencia en la región.