Durante el programa «Prevención y Acción», el Presidente de la República, Iván Duque, anunció la ampliación del aislamiento preventivo obligatorio hasta el 11 de mayo. Sin embargo, agregó que, a partir del 27 de abril, los trabajadores de los sectores de la construcción y de manufacturas regresarán gradualmente a las labores.
Al respecto, el Ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, explicó que existe un gran consenso a nivel internacional sobre la conveniencia de ir retomando las actividades del sector de edificaciones conforme los países van iniciando procesos graduales de apertura. Esto descansa sobre tres realidades.
La primera de ellas es el tipo de actividad. Según el Ministro, “las edificaciones se hacen por etapas, por fases, por cuadrillas. Esto significa que esa capacidad de segmentación la convierte en un terreno fértil para aplicar protocolos que permitan garantizar no solo la salud de los colaboradores, sino de los vecinos”, señaló.
“Lo segundo tiene que ver con la naturaleza del sector, es decir, el tipo de infraestructura que estamos protegiendo: la vivienda. En el caso de Colombia, está representada en 200 mil unidades al año, que, en su mayoría, ya se encuentran vendidas. Detener su construcción sería comprometer el techo de cerca de 800 mil colombianos”.
El tercer elemento tiene que ver con la vulnerabilidad del empleo. Según el Jefe de la Cartera de Vivienda, “en el país son más de 980 mil trabajadores en el segmento de edificaciones. Si eventualmente se compromete la viabilidad de esos puestos, no solo serían –desde el punto de vista macroeconómico– cerca de 2 puntos porcentuales de tasa de desempleo, sino que empezaríamos un trágico peregrinaje del trabajo formal hacia la pobreza”.
Frente el tema, Malagón anotó que el éxito de estas disposiciones depende de un correcto proceso de socialización y de un trabajo articulado con las entidades territoriales.
Desde la expedición de la circular –agregó– el equipo del Ministerio de Vivienda ha realizado cinco jornadas de socialización de la circular con todas las regionales de Camacol. A estas jornadas asistieron constructores, inmobiliarias y personal asociado a la construcción de edificaciones, en total cerca de 18.000 personas se capacitaron por medio de canales virtuales.
“Hasta ahora se han recibido 250 protocolos en la página del Ministerio para igual número de obras en 15 departamentos”, destacó el Ministro, quien recordó que la mayoría de países han retomado actividades del sector edificador. Malagón agregó que la circular señala que cada proyecto debe adaptar su protocolo de bioseguridad, prevención y promoción para la prevención del COVID-19 en las zonas de influencias de las obras en ejecución y debe estar articulado con los sistemas de seguridad y salud en el trabajo.
Entre las acciones que dicta la circular se destacan la disposición de suministros de gel antibacterial en las áreas de descanso, administrativas y en aquellas de alto tránsito al interior de la edificación. Igualmente, es clave establecer reglas para permitir el distanciamiento entre trabajadores (2 metros) e incrementar las medidas de limpieza y desinfección en las áreas de descanso y de consumo de alimentos y bebidas.
Se suman la adopción de horarios flexibles para disminuir la interacción social de los trabajadores, tener una menor concentración de empleados en los ambientes laborales, mejorar la circulación del aire y reducir el riesgo por exposición asociado al uso de transporte público en horas pico o zonas de gran afluencia de personas.
Además, se debe garantizar el suministro diario de tapabocas y la capacitación de los trabajadores en la forma de uso y retiro. Así mismo, plantea la realización de un Plan de Aplicación del Protocolo Sanitario para la Obra (PAPSO) que planteé las estrategias, alternativas y actividades necesarias para minimizar o mitigar la transmisión del virus COVID-19, de manera que aseguré la protección de los trabajadores de la construcción.
“En términos generales, el mensaje es que en el sector de edificaciones estamos listos”, concluyó el Ministro.