El Salón Elíptico del Congreso se convirtió en un ring de combate que tuvo al presidente Iván Duque como telonero. El mandatario, que dejará el poder en 17 días exactos, acudió al Capitolio a instalar la posesión del Legislativo para el periodo 2022-2026 y –al pronunciar su discurso– desató una confrontación entre opositores y simpatizantes, quienes se enfrentaron con pancartas y arengas.
Duque hizo su última intervención en el Congreso como presidente en ejercicio y los 41 minutos que duró su discurso transcurrieron en un ambiente tenso. Al hacer un balance de sus cuatro años de gobierno, se desató malestar en la bancada progresista que lo tildó de “mentiroso” y ante este aparente intento de sabotaje, los congresistas simpatizantes del mandatario respondieron con aplausos y gritos.
En ese contexto el presidente saliente instaló el nuevo Congreso, que tiene 181 legisladores nuevos y 295 repitentes, y cuya primera jornada se tornó novelesca no solo por las peleas colectivas e internas, sino también por particularidades como la muestra de productos de marihuana de parte de un congresista, la llegada de otro en tacones e incluso la aparición de un perro que llevó una legisladora.
Congreso adverso para Duque
El Congreso del que se despidió este miércoles el presidente saliente es totalmente opuesto al que lo recibió hace cuatro años. El escenario legislativo cambió empezando por la realidad del partido de Duque, el Centro Democrático, que pasó de ser el más robusto y poderoso en 2018 a ser en 2022 el único que se declaró en oposición al gobierno del presidente electo, Gustavo Petro.
Aunque estaba previsto que Duque llegara al Capitolio sobre las 3:00 p.m., su arribo se registró a las 4:50 p.m. tras participar en el desfile militar y policial del 20 de julio. El Presidente llegó al Congreso acompañado por una delegación en la que se destacaron la primera dama, María Juliana Ruiz; la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez; la jefa de Gabinete, María Paula Correa, y el saliente comandante del Ejército Nacional, el general Eduardo Enrique Zapateiro.
El mandatario fue recibido con una exhibición de pancartas con fotos de líderes sociales asesinados –como Temístocles Machado– y mensajes sobre paz, hambre y feminismo. Quienes las levantaron fueron los congresistas del Pacto Histórico, Alianza Verde y Comunes, de quienes se rumoraba en la antesala de este evento que protestarían mostrando estas imágenes.
Ya en el discurso, los ánimos se caldearon cuando Duque habló sobre la gestión de su gobierno en materia de paz. “Este es el compromiso inquebrantable de la paz con legalidad”, señaló. Esta frase desató la primera molestia de sus opositores, quienes le gritaron “mentiroso” en gavilla.
Esa no fue la única interrupción a la intervención del mandatario, ya que posteriormente se refirió a las políticas rurales y, al hablar de “expropiación”, desató la ira del petrismo. “Se demostró que se puede hacer justicia social en el campo sin necesidad de hacer expropiaciones ni prejuicios”, apuntó Duque.
Hubo llamado al orden
Fue tal el desorden que se generó que el presidente saliente del Congreso, Juan Diego Gómez, hizo un llamado al orden y le pidió respeto al senador Inti Asprilla, a quien se le vio emocionado por los gritos de su bancada mientras el mandatario daba su discurso.
“Senador (Asprilla), le pido el favor de que haga uso de la palabra cuando sea el espacio de la oposición. Perdóneme, presidente. Excúseme, si esa es la forma que tiene, le pido el favor a la seguridad del Congreso que se encargue de prestar el orden”, reclamó Gómez.
Esta situación generó malestar en el sector del Centro Democrático que respalda a Duque. Los congresistas Paola Holguín y Juan Espinal, quienes reclamaron por las arengas contra el mandatario, exigieron respeto y exhibieron sus propias pancartas. La que no se opuso fue María Fernanda Cabal, a quien se le vio distraída durante el discurso de Duque, al que le ha hecho críticas públicas.
“Mentiroso” y más reacciones al discurso de Duque en la posesión del Congreso
Otro congresista que llamó la atención en medio de la discordia fue Rodolfo Hernández, quien a pesar de simpatizar con Petro no quiso levantar una pancarta, pero tampoco aplaudió a Duque. Durante el discurso del presidente, al excandidato presidencial se le vio serio y, tras la pelea, tuiteó: “Tiene más orden una corraleja que la sesión de apertura del Senado, pobre de mi país”.
Tras ser abucheado al menos cuatro veces, pero también aplaudido de pie en un número similar de ocasiones, Duque concluyó su discurso deseándole éxitos a Petro y luego abandonó el Capitolio. Así, evadió el discurso de la oposición, que estaba a cargo de Julián Gallo, aunque acusando problemas de sonido lo tuvo que mover hacia el final de la plenaria del Senado. Esto fue atípico.
Tras encender los ánimos del Congreso, Duque concluyó la jornada retornando a la Casa de Nariño a través de la extensa alfombra roja que conectó con el Capitolio, y en el Palacio Presidencial fue recibido entre aplausos por miembros de su gabinete y altos mandos militares. Allí el escenario le fue más favorable.
Posterior a la partida de Duque se registró un hecho curioso en la Cámara, que no pudo sesionar y aplazó un día la integración de su mesa directiva, a falta de que se acepte una renuncia. La decisión de aplazar la elección se dio debido a que el Congreso en pleno no aprobó la renuncia del magistrado del Consejo Nacional Electoral, Jaime Lacouture, quien aspira a ser el nuevo secretario general de la Cámara. El Senado, sin contratiempos, eligió a Roy Barreras como presidente, con 95 votos.
Disidencia dentro del Pacto
En medio de la jornada de instalación, se registraron varios hechos particulares. El que más llamó la atención fue la pelea interna que persiste en el Pacto Histórico. El primero en ventilarla fue el senador Gustavo Bolívar, quien dejó claro que no votaría por Roy Barreras –de su bancada– a presidente del Senado, porque cree que él no representa el cambio que promete el Pacto.
Además, a Barreras se le vio discutiendo con el senador Alexánder López, otro del Pacto Histórico, con quien también está enemistado por la puja por presidir el Senado.
Otros hechos particulares que se registraron fue la llegada del representante Andrés Cancimance en tacones reclamando por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, y el avistamiento de un perro llamado cometa, la mascota de la senadora Esmeralda Hernández
Fuente: El Colombiano
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