
El trabajo de las tropas del Ejército Nacional en zonas de conflicto es una tarea de alto riesgo, pero el peligro a veces no proviene solo de grupos armados. En la vereda Siloé de Villagarzón, Putumayo, la violencia escaló a un nuevo nivel cuando una misión de control se transformó en una emboscada brutal. Un oficial y un soldado profesional de la Brigada 27, en el cumplimiento de su deber, fueron atacados de manera salvaje por una multitud de civiles que buscaba proteger la ilegalidad.
La situación se desencadenó durante una operación para desmantelar un laboratorio de procesamiento de droga, un eslabón vital en la cadena del narcotráfico. De repente, la hostilidad se materializó en una asonada que no solo intentó frustrar la operación, sino que se ensañó con los uniformados. Sin importar el riesgo a la vida humana, los atacantes rociaron a los dos militares con combustible y les prendieron fuego, en un acto que ha conmocionado al país.
Ambos soldados, con quemaduras de gravedad, fueron evacuados de emergencia y trasladados a un hospital militar, donde luchan por su recuperación. Su caso se ha convertido en un símbolo del peligro que enfrentan las fuerzas armadas en su incansable lucha contra el crimen.
La respuesta del Gobierno no se hizo esperar. El Ministerio de Defensa ha calificado este hecho como una agresión directa y sin precedentes. Además, para garantizar que el crimen no quede impune, ha ofrecido una recompensa de hasta $200 millones por información que conduzca a la captura de los dos principales responsables del ataque.
En una declaración contundente, el Ministerio de Defensa, a través de sus voceros, reiteró el compromiso de no tolerar este tipo de violencia. «No podemos permitir que mientras las tropas se arriesgan y cumplen la misión constitucional para garantizar la estabilidad, la seguridad y la paz en las regiones más afectadas del país, nuestros soldados sean atacados de esta manera y que haya participación de la población civil en ello», puntualizó el comunicado.
Este trágico evento subraya la compleja situación en las zonas afectadas por el conflicto, donde la convivencia y la seguridad son tan frágiles. Al narrar estas historias, es crucial recordar que detrás de cada hecho hay personas, con sus misiones, sus luchas y sus vidas.
Reacciones
El general Erick Rodríguez, segundo comandante del Ejército Nacional, informó que el subteniente presenta quemaduras en el 75 % de su cuerpo, mientras que el soldado profesional tiene quemaduras en aproximadamente el 30 %. A pesar de la gravedad de sus lesiones, ambos se encuentran fuera de peligro y están siendo trasladados desde una clínica en Florencia hacia el hospital militar en Bogotá para recibir atención especializada.
Según denuncias de la Defensoría, los responsables del ataque serían civiles que actuaron bajo amenaza de los Comandos de la Frontera, un grupo que hace parte de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, con la cual el Gobierno mantiene negociaciones de paz.
En un comunicado, la Defensoría expresó su solidaridad con los militares heridos y planteó la necesidad de suspender los diálogos con la organización ilegal, argumentando que el uso de civiles para cometer actos de violencia va en contra de los principios de buena fe y compromiso con el desescalamiento del conflicto. El organismo de control pide al Gobierno que no reanude las conversaciones hasta que el grupo armado ilegal se comprometa a repudiar estos hechos y prometa no repetición.