Ante un dólar históricamente caro, hay un momento en el que las variables política y la económica se cruzan para hacer un diagnóstico de la enfermedad financiera.
Este miércoles, la divisa cerró en un precio promedio de $4.819 y, por décima vez en lo corrido de 2022, rompió su techo récord. Las redes sociales y noticieros son los escenarios en los que han reñido las versiones políticas y económicas al tratar de explicar por qué la moneda estadounidense no para de subir.
El presidente Gustavo Petro, a quien se le achaca parte de la culpa por la trepada, ayer atribuyó el problema directamente a Estados Unidos: “Viene una crisis económica. Los Estados Unidos, prácticamente, están arruinando a todas las economías del mundo”.
“La Alemania poderosa entra en recesión, y quien lo dijera, la Inglaterra que un día fue el poder colonial, hoy se deshace en una crisis económica profunda (…) y en Estados Unidos se toman decisiones para protegerse ellos; a veces, sin pensar en lo que va a ocurrir a través de sus medidas”, enfatizó.
Desde su perspectiva, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), homólogo del Banco de la República, tiene la mayor responsabilidad de lo que está ocurriendo con el dólar, toda vez que, al subir sus tasas de interés, “se lleva los capitales de los países latinoamericanos, dejándonos vacíos”.
Resulta que Estados Unidos está enfrentando el costo de vida más alto desde la década de 1980. Y para tratar de enfriar los precios, está aumentando sus tasas de interés. Por ello, según han explicado diversos analistas, los inversores prefieren tomar sus dólares y ponerlos allá, pues recibirán mejores rentabilidades con esos tipos de interés. Esa fuga de divisas ocasiona el encarecimiento en países como Colombia al tener menos dólares circulantes para comprar.
Es una época compleja
Un comisionista de bolsa le dijo a este diario que, para ponerlo en perspectiva, de cada $100 que haya incrementado el dólar, “$95 obedecen al contexto internacional y solo $5 obedecen al riesgo político”.
Desde su perspectiva, Gustavo Petro está enfrentando una atmósfera tan compleja, como la que en su momento tuvo que encarar el expresidente Iván Duque cuando cayó la pandemia.
“Si tú coges monedas como la libra inglesa o el yen japonés y calculas a cómo estaban hace un año, vas encontrar que también tienen una caída del orden del 20%, la de Colombia, que es cercana al 23%, no se ve tan desproporcionada frente esas”, expuso el experto.
De otro lado, mencionó que en el mercado oficial de Colombia, se pueden negociar unos US$300.000 millones al año, cifra que supera por mucho el ingreso de dólares que se inyectan a través de las exportaciones, mismas que entre enero y agosto, según el Dane, alcanzaron US$39.137 millones.
De acuerdo con el especialista, también hay que tener en cuenta que el peso colombiano es una moneda de “beta alto”, es decir, muy sensible a cualquier flujo por moverse en un mercado relativamente pequeño. A esto, sumó que, Coincidencialmente, el mercado bursátil local está principalmente movido por emisores del sector minero-energético, que serían los afectados con las políticas del gobierno.
“Gustavo Petro es un hombre inteligente que, quizás, todavía no está muy familiarizado con los mercados financieros. Pero cuando los entienda, comprenderá que él los necesita porque se viene un periodo de sequía y necesitará de ellos para financiar sus iniciativas sociales”, comentó.
¿El efecto Petro es del 50%?
Para el economista y docente Andrés Coba, la incidencia del gobierno Petro en el rally del dólar es muy paritaria con el contexto internacional.
“Por qué culpan a Petro del aumento del dólar? Porque cuando el dólar sube, la única buena noticia para un país como Colombia es que como nosotros exportamos petróleo y recibimos más divisas en dólares. Así podríamos compensar una cosa con la otra, pero acá quieren acabar con el salvavidas. Por eso, parte de lo que está pasando con el dólar, no todo, es culpa del gobierno, de su ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y su pésima reforma tributaria, que va a poner en apuros fiscales al país”.
En medio de todas las fuerzas que empujan al dólar, los analistas no descartan que pueda terminar este año arriba de los $4.900
Fuente: El Colombiano
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