Juan Manuel Naranjo y el comunicador Daniel Berroterán
Juan Manuel Naranjo Vargas, oriundo de Aguazul (Casanare), irrumpe en el panorama literario de 2025 con “De Amores Perdidos y Otras Cosas”, una extensa y conmovedora novela autobiográfica que utiliza la vida del autor como un espejo de la turbulenta historia reciente de Colombia.
Publicada de forma independiente, esta obra de 320 páginas (ISBN: 978-628-02-0251-8) se presenta como un relato en primera persona, crónico pero no lineal, que entrelaza el drama personal con los grandes eventos sociopolíticos del país, desde finales del siglo XX hasta principios del XXI.
Un Retrato íntimo de la adversidad
El núcleo emocional de la novela, como sugiere su título, lo componen los amores perdidos o truncados del narrador/protagonista (Guillermo/Florentino), marcados por la nostalgia, la traición y la búsqueda de redención familiar. A través de las relaciones con personajes femeninos clave como Milena (primer amor), Tatiana (relación turbia y exilio) y Amalia (esposa e hijo), Naranjo Vargas explora las complejidades de la vida en un contexto hostil.
«La obra se presenta como un relato en primera persona, cronológico pero no lineal, que entreteje la vida del narrador… con eventos históricos y sociales de Colombia entre finales del siglo XX y principios del XXI.»
La política y el conflicto como personajes
Más allá del romance, la novela es una crítica velada y un testimonio de la política y la violencia en la Colombia profunda. Los ocho capítulos de la obra narran la evolución del protagonista, desde su juventud rural como odontólogo brigadista en zonas de conflicto (Guayabero) hasta su incursión en la política local.
- Se abordan temas sensibles como la corrupción, el clientelismo y la sombra de grupos violentos («Navaja», «Mamba»).
- Se mencionan eventos históricos reales como el 11-S, las elecciones de 2002 y 2005, procesos de paz y la crisis de desplazados.
- La catarsis del narrador ocurre en la cárcel y lo lleva a reflexionar sobre la injusticia y el legado familiar.
Estilo y valor literario
El autor, reconocido como “El hombre del lenguaje sencillo”, emplea una primera persona introspectiva con un tono melancólico-nostálgico, usando un lenguaje coloquial colombiano y técnicas como flashbacks y simbolismo. La obra ha sido catalogada como una novela-memorias que, por su autenticidad y testimonio de la «Colombia profunda,» puede ser apreciada por lectores de literatura colombiana contemporánea, haciendo eco de crónicas de conflicto armado. Publicada en un contexto de posconflicto, “De Amores Perdidos y Otras Cosas” se posiciona como un documento vivo que invita a la reflexión sobre el amor, el poder y la resiliencia en una era turbulenta.
