
Gustavo Petro EFE/Carlos Ortega
El Gobierno de Gustavo Petro volvió a tambalear tras la derrota en la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional. La directora del Dapre, Angie Rodríguez, pidió la renuncia de los ministros de Comercio, Diana Morales; TIC, Julián Molina; y Trabajo, Antonio Sanguino, luego de que el Senado eligiera con 62 votos a Carlos Camargo, exdefensor del Pueblo, dejando por fuera a la candidata del Ejecutivo, Patricia Balanta, quien apenas logró 41 apoyos.
El golpe político es duro: con esta decisión, se rompe el acuerdo que sostenía la participación en el Gobierno de partidos como la U, la Alianza Verde y el Liberalismo. En consecuencia, los tres ministros —que representaban a estas colectividades— serán relevados, según confirmó el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien además aceptaría la salida de la directora del ICA, Paula Cepeda.
La situación genera aún más ruido en la Casa de Nariño: en menos de tres años, el presidente Petro suma cerca de 60 cambios en su gabinete, lo que refleja la fragilidad de sus alianzas y la dificultad de sostener un equipo estable.
La polémica crece porque mientras todo esto ocurre, la ministra de Comercio, Diana Morales, se encuentra en Japón preparando la visita oficial de Petro a ese país. Su futuro en el cargo es incierto tras la orden de renuncia.
El ambiente en el Congreso es claro: el presidente se jugó todo por Balanta y perdió. La derrota no solo deja a Camargo en la Corte Constitucional, sino que evidencia el aislamiento político del Gobierno y la falta de control sobre las bancadas.
El malestar interno es inocultable y la crisis abre un nuevo capítulo de incertidumbre: Petro no sabe cómo recomponer un gabinete que cada vez luce más débil, más inestable y con menos respaldo político.
Elegido Carlos Camargo Assís en la Corte Constitucional: Petro Pierde el pulso y gana la oposición