Con una mejor asignación de los recursos por parte de los OCAD se lograría el mismo propósito de aumentar de manera significativa la inversión en vías terciarias.
La Contraloría General de la República (CGR) consideró que la propuesta del Presidente, Juan Manuel Santos, para destinar 1.5 billones de los saldos no ejecutados del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación para rehabilitar vías terciarias “no se justifica, cuando el Sistema General de Regalías presenta problemas de fondo que deben debatirse y resolverse con urgencia”.
“Los manejos indebidos que se siguen dando con estos dineros, las inversiones en obras que terminan siendo inservibles, los problemas de pertinencia de muchos proyectos y los altos saldos en la Tesorería de la Nación (5,7 billones) por cuenta de la lentitud en la aprobación de los proyectos y en la ejecución de los mismos”, indica un comunicado de la CGR..
“El gobierno va a abrir una caja de pandora con el único propósito de acceder a 1.5 billones para apoyar la construcción de 3.000 kilómetros de vías terciarias”, sostiene la Contraloría “cuando existen problemas de pertinencia de los proyectos, eficiencia y eficacia del SGR, así como de uso indebido de los recursos, que deberían estar en la agenda de tal reforma”.
Para la Contraloría, la problemática sobre la pertinencia de las inversiones que se realizan con los recursos de regalías, y la dispersión de los recursos en gastos de diverso orden, abren un interrogante sobre el funcionamiento general del SGR y, en particular, acerca del papel que están desempeñando los Órganos Colegiados de Administración y Decisión (OCAD) en cuanto a la efectividad de sus decisiones; asunto que compromete a los gobernantes locales y también a autoridades del orden nacional.
“En este contexto, pretender reformar el SGR sólo para apalancar la inversión de $1,5 billones en vías terciarias, cuando el SGR evidencia problemas tan de fondo no parece procedente”, insiste la Contraloría.
Con una m ejor asignación de los recursos por parte de los OCAD se lograría el mismo propósito de aumentar de manera significativa la inversión en vías terciarias.
En distintas oportunidades, la CGR ha señalado que inversión que se realiza con regalías en vías terciarias es relativamente baja y podría ser mayor si las decisiones en los OCAD garantizaran mayor pertinencia de los proyectos que se aprueban.
Ejemplo de lo anterior son las siguientes cifras:
La suma de inversiones como, construcción, adecuación y remodelación de parques, canchas y polideportivos y en general obras de infraestructura comunitaria, cultural y equipamientos administrativos -que además se financian a través de distintos sectores-, se calcula en $1.7 billones, en cerca de 1.500 proyectos, entre 2012 y 2016. Es decir un valor superior tanto al que se destina a vías terciarias; como al que se pretende aumentar en estas mismas, a través de la reforma al SGR.
Por tanto, la CGR ha señalado que esos gastos no deberían ser financiados con recursos de regalías, sino con otras fuentes de ingreso.
La CGR ha llamado insistentemente la atención en que gastos como éstos corresponden a obras que están lejos de contribuir a generar transformaciones de fondo en los territorios o en la población, y en cambio constituirán gastos corrientes a futuro, por lo cual, además, hay un alto riesgo de que muchas de ellas no sean sostenibles en el tiempo.
Entre tanto, a diciembre de 2016, la inversión en vías terciarias era de $1,5 billones. Cabe anotar que la distribución sectorial de los proyectos financiados con regalías en los departamentos y municipios muestra que el 34% son vías, por un valor de $7,5 billones (3.384 proyectos). En la red secundaria se invierten cerca de $2,5 billones y en la red urbana $2,6 billones.
Los análisis que ha realizado la CGR indican que la priorización del gasto en vías urbanas es bastante alta especialmente en los municipios, lo cual reflejaría la decisión de los gobernantes locales por satisfacer demandas más inmediatas, que les permiten la conquista de réditos políticos a más corto plazo.
El caso del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación
Una reforma al SGR debe atender de manera especial lo que viene sucediendo con el Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación -FCTeI. El país tiene importantes rezagos en este campo, comparado con países de similar grado de desarrollo.
La distribución de los recursos entre los departamentos ha redundado en atomización de los mismos. La alta dispersión temática de los proyectos de ciencia, tecnología e innovación, refleja la falta de definición de áreas estratégicas y que los criterios de priorización y aprobación de los proyectos terminan siendo muy laxos para definir que un proyecto sea considerado de ciencia y tecnología.
El ordenamiento institucional del FCTeI ha llevado a que la toma de decisiones sobre el gasto del Fondo esté determinada fundamentalmente por los Gobernadores, quienes generalmente tienen intereses diferentes a los que exige el desarrollo científico e incluso el desarrollo regional, o en últimas difícilmente pueden garantizar el aprovechamiento óptimo de los mismos.
Igualmente, es el Fondo que tiene el mayor rezago en ejecución: $1,5 billones de saldos sin ejecutar en la Nación; y extrema lentitud en la ejecución en los departamentos. Por ejemplo, a diciembre de 2015, deberían estar terminados 96 proyectos por un valor de $640.077 millones; pero solo habían terminado 11 proyectos, por $17.420 millones.
Esta problemática no se resuelve trasladando los recursos. Simplemente el problema de fondo se estaría aplazando.
Problemas de eficiencia del SGR
Igualmente, llama la atención el alcance de la reforma propuesta en el contexto de los problemas de eficiencia del Sistema General de Regalías –SGR que ha detectado de manera recurrente la CGR:
*Altos saldos en la Tesorería de la Nación por cuenta de la lentitud tanto en la aprobación de proyectos, como en la ejecución en gobernaciones y municipios.
Los cálculos de la CGR, con base en la información el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación (DNP), muestran que a diciembre de 2016, la Tesorería de la Nación habría acumulado saldos de alrededor de $5,7 billones. De este valor, el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha dicho que alrededor de $4 billones sería saldos no ejecutados. Es decir, recursos sobre los cuales no hay aprobación de proyectos.
Cabe anotar que entre 2012 y 2016 el recaudo de regalías sumó $41,6 billones de los cuales $28 billones fueron distribuidos para inversión. Del resto, cerca de $11,6 billones corresponden al FAE y al Fonpet.
*Es importante precisar que los recursos del Fondo de Ahorro y Estabilización se ahorran en dólares, por lo cual la devaluación del peso ha favorecido que este Fondo cuente con cerca de $12 billones, a la tasa de cambio de finales de 2016.
*A diciembre de 2016, el valor de los proyectos aprobados ascendió a $23,6 billones: el 84% de la inversión disponible ($28 billones); para un total de $4,4 billones.
*De los saldos no ejecutados de inversión, es decir los recursos sobre los cuales no hay proyectos aprobados, el mayor valor corresponde efectivamente al Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, FCTeI: $1,5 billones; seguido de un monto significativo de recursos – $750 mil millones- que se previó trasladar del Fondo de Desarrollo Regional, FDR, a las asignaciones directas, para compensar la caída de éstas últimas.
El Fondo de Desarrollo Regional, FDR, tendría saldos por un poco más de $500 mil millones; y el Fondo de Compensación Regional 60%, por casi $450 mil millones. En el caso de la Asignaciones Directas y el 40% del Fondo de Compensación Regional, como se recordará, los giros se realizan una vez opera el recaudo; por tanto no habrían saldos en la Tesorería de la Nación.
*Una vez los proyectos financiados con recursos de regalías se ponen en marcha, se evidencian problemas adicionales: el valor de los proyectos terminados a diciembre de 2016 ascendió a $8,9 billones, el 38% de los aprobados. Entre finales de 2015 y esta última fecha hubo un aumento significativo, ya que entonces el valor de los proyectos terminados fue de $4,9 billones.
Para la Contraloría, una reforma al SGR debe ser objeto no sólo de un amplio debate, sino estar orientada a resolver los problemas de eficiencia, eficacia y pertinencia, así como de manejos indebidos que tienen en riesgo el cumplimiento de los objetivos de la inversión de las regalías: contribuir a la disminución de la pobreza, impulsando la equidad social y apoyar el desarrollo y competitividad de los territorios.
La CGR ha llamado la atención sobre estos problemas en varios informes, como el “Balance del Sistema General de Regalías 2012 – 2014. Expectativas y realidades” y el Informe sobre la situación de las finanzas del Estado. Resultados del Sistema General de Regalías a diciembre de 2015.